Un lector de Preferente escribía hace unos días una reflexión muy sencilla, fácil de entender y potente en algunos lugares de España: decía que la vida de los residentes en las zonas turísticas se hace en muchos momentos muy difícil por los atascos de tráfico, la congestión, la inaccesibilidad a muchos lugares turísticos saturados de visitantes; porque se ha generado una espiral de subida de precios de productos de consumo y, sobre todo, de los alquileres y, finalmente, porque nada de todo esto se compensa con salarios más elevados. ¿Quién gana en todo este boom turístico? se preguntaba con bastante candidez.
Es seguro que los economistas podrán añadir muchos matices importantes a este razonamiento que expliquen algunas cosas, pero la sensación de este lector es compartida por muchos otros que, básicamente, no llegan a apreciar qué mejora para ellos con esta situación. ¿Qué ganan los residentes en un destino turístico cuando se produce este éxito que estamos viviendo?
Podríamos añadir algunas consideraciones más que, dependiendo de la sensibilidad de cada uno, pueden ser importantes: este crecimiento desmesurado no ayuda para la conservación del medio ambiente, o incluso más bien podríamos decir que lo destruye, cosa comprobable en muchos entornos; en algunas zonas turísticas españolas se tiene que importar mano de obra de otras regiones del país y del extranjero para poder ofrecer los servicios a los turistas, lo cual genera gueto de inmigrantes, incómodos para unos y para otros; y la situación de la vivienda se ha convertido en insoportable para todos, por los apartamentos turísticos, la demanda de la nueva población y las necesidades de los residentes. Aunque el lector tampoco hacía mención a ello, yo diría que incontables servicios que en circunstancias normales eran de cierta calidad, ahora, con la masificación, han empeorado notablemente o, en cualquier caso, se han disparado de precio.
El lector acusaba en estas páginas a la hotelería de beneficiarse de esta situación, pero uno tampoco tiene claro que realmente los empresarios estén hoy ganando tanto más como en el pasado, cuando no había una invasión de turistas como ahora.
La reflexión de este ciudadano tiene que ser tenida en cuenta porque no es sostenible que los habitantes de las zonas turísticas tengan la percepción de que nadie gana cuando hay un aluvión de visitantes como ahora. Algo no está funcionando bien cuando la gente abomina de lo que los especialistas llaman éxito. Y esto, a medio o largo plazo siempre es preocupante.
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Entiendo y estoy de acuerdo con el lector que menciona. Propongo tres medidas sencillas pero muy potentes: 1. Reducir drásticamente las viviendas de alquiler, bien como en Nueva York, estableciendo un alquiler mínimo de 3 meses, por ejemplo, o bien, obligándoles a pagar los mismos impuestos y tener los mismos seguros que un establecimiento hotelero. En estos últimos años la oferta hotelera ha permanecido estable, lo que se ha disparado es el alquiler vacacional y por tanto no nos dejemos manipular con que la culpa es de los hoteleros. 2. Reducir la capacidad de las low cost, que traen muchos de los ocupantes de vivienda vacacional. 3. No dejar entrar en las ciudades a los coche de alquiler, como hacen en muchos lugares, y obligarles a pagar el impuesto de circulación en donde opera cada vehículo. Esto solucionará el problema? No, pero lo aliviaría mucho
Manuel, el hotelero paga su beneficio con el 25% del impuesto de Sociedades, el arrendador de una vivienda paga su beneficio con IRPF mucho más alto. El hotelero y el arrendador tiene el mismo seguro de respoinsabilidad civil con la diferencia que uno es para 1500 huéspedes y otro para 6, 8, máximo 12. Si se reduce los aviones low cost, mucho cliente de hotel dejaría de venir. Ultimamente un alto porcentaje de usuarios de coche de alquiler son clientes de hotel, basta ver como están llenos los parkings cerca de los hoteles desde las 7 pm hasta las 10 am. Y para ser justos si obligasen como Nueva York a los viajeros a hospedarse mínimo un mes, los hoteles también quedarían vacíos.
Más tranquilidad y más espacio para LOS HABITANTES
Los beneficios no se ven porque son privados y van al extranjero, mientras que los perjuicios son locales y no los compensa nadie. Economía extractivista se llama, o "el dinero pa mí y la mierda pa tí".
La situación descrita es cierta. Dónde radica el problema? Que hasta ahora lo único que ha contado ha sido la borrachera del crecimiento sin analizar sus consecuencias. Por qué ha sido así, porque no ha interesado ni a gobernantes ni a empresarios, sobre todo, hoteleros. Cuánto tiempo unos y otros llevan hablando de un análisis profundo, independiente, del modelo turístico? Años! Qué se ha hecho? Nada. Porque no interesa. Porque habría que desarrollar un plan a medio y largo plazo. Supondría hacer recortes y reconocer que la dejadez pasada nos ha llevado al escenario actual. La solución o soluciones no es fácil. Comentarios, como los leídos, no aportan más que señalamientos fáciles.
Una de las mayores paradojas del mercado libre es que para ser libre ha de estar regulado. Cada vez que alguien descubre una forma de evitar la regulación, el mercado se rompe y empiezan los problemas, lo cual termina por llevar a más regulación... la cual puede hacerse bien o mal y empezar otra clase de problemas.
La regulación vendría después de saber, como decía más, arriba, qué es lo que queremos ser. Insisto, no hay modelo o estrategia, como consecuencia, cada uno va a lo suyo y la colectividad es la que padece...
Un problema adicional que se está dando es el caso de personas que no vivían en una zona turística propiamente dicha, sino en una zona próxima o colindante a una de ellas (las típicas urbanizaciones o barrios donde vivían plácidamente los locales). Hasta hace unos no había problemas y los turistas no interferían en ellas. Ahora bien, con el crecimiento tan brutal de los últimos años, se ha producido el efecto de la llamada "mancha de aceite" que se va extendiendo y engullendo a estas zonas y barrios hasta hacerlos invivibles. La guinda son ya las ETV, tanto las legales como las ilegales, que han supuesto la penetración del turismo hasta el rellano de la escalera. Este es origen de la turismofobia.
Coincido con Middlemann en que no existe el menor interés en cambiar el modelo, ni por parte de los políticos ni de los empresarios. El único plan es extraer el máximo de rendimiento, sin importar los perjuicios causados, hasta dejar la isla como un juguete roto.
Paco, si en el solar que ocupa una casa en una urbanización, levantasen un edificio de 9 plantas, configurado todo como habitaciones para poder albergar a 1500 personas, sin contar los bajos como grandes cocinas, comedores y una gran piscina comunitaria, te daría la razón ya que eso es lo que han hecho en las zonas de veraneo que había pequeñas casas de residentes de toda la vida como Arenal, Magaluf, Palmanova, Alcudia,.pero si en una casa de una zona urbana residencial de una urbanización con una cédula de habitabilidad de 8 personas, mientras respeten las normas de convivencia no importa que los que la habitan sean de cualquier nacionalidad porque no aumenta la población. Eso que comenta de " mancha de aceite" supongo que debe ser la población que aumenta en las zonas donde antes había pequeñas casas y ahora grandes hoteles porque en las urbanizaciones esto no es posible.
Pues llévatelos a tu urba compi y la identidad nueva del barrio sea la del consejo de la ONU...
Yo vivo en Benidorm y fuera del mes de agosto que se pone un poco pesado para moverte por el centro (old town como dicen los guiris) el resto del año me confirma que es la mejor decisión que tomé hace 23 años. Generalmente opinan personas que viven en Madrid o Sebastopol como si supieran qué es vivir en un lugar turístico tras dos días de vacaciones.
Efectivamente, las zonas residenciales de veraneo de toda la vida de los residentes se ha visto transformada en zonas turísticas llenas de hoteles y otros negocios turísticos donde el residente con su casita de veraneo ya no puede ni estar tranquilo porque le edificaron grandes hoteles a su alrededor y además sus clientes no sólo usan sus piscinas privadas sino que los usuarios de las playas próximas a esos hoteles son más de 80% clientes de hotel. También, desde hace un tiempo, ha cambiado la forma de hacer turismo por parte de los clientes de hotel ya que antes se quedaban en el hotel y alrededores y ahora sólo contratan habitación con desayuno y alquilan un coche, que además de saturar todos los parkings cerca de los hoteles, se desplazan durante el día por toda la isla saturando playas y lugares. El problema de las molestias del turismo por ruidos y demás ,sea en hoteles o casas de alquiler, es por culpa de los grupos de jóvenes que alborotan el lugar, porque una familia o parejas ya sea en hoteles o en una casa alquilada no suelen molestar a nadie.