Toda mi vida, al llegar a una ciudad desconocida, me orienté con gran facilidad. Buscaba una referencia, estructuraba la trama urbana a su alrededor, y adiós problemas. Hombre, siempre algún error se comete, pero básicamente no hay pérdida. Sin embargo, recientemente empecé a aceptar el uso de Google Maps, por aquello de que uno no puede ir en contra de los tiempos, de forma que me he atrevido a llegar a varias ciudades sin idea alguna de su estructura, confiando en Maps.
Maldita la hora. Comprendo que haya quien disfrute con el invento –de hecho, si me he fiado es porque en alguna ciudad del norte de Europa me fue estupendamente– pero ahora y aquí yo hablo por mí y por nadie más. Tampoco pretendo que otros compartan mi experiencia. Es mi desengaño y basta.
Maldita la hora porque a los pocos minutos de llegar al centro de la ciudad, el susodicho aparato se calla como un muerto. Pero querido Google, ¿no me ibas a ayudar a encontrar mi hotel? ¿A qué viene este súbito silencio? Como esta chica calla como una muerta, tengo que acudir urgentemente a mi intuición que, carente de referencias, es bastante inservible. Sí, consigo que los que vienen detrás me vean decidido como si supiera donde voy, pero en realidad es pura fachada. Estoy perdido.
“Se ha perdido la señal GPS”, me dice finalmente el aparatito, después de hacerme sudar pese al aire acondicionado. Para a continuación enviarme exactamente en dirección contraria a lo que me dice el sentido común, que aún conservo después de muchos años viajando.
Maldita la hora en que acepté la ayuda, porque eso me ha conducido a confiarme, me ha dejado entrar en la ciudad relajadamente para, al final, cuando todos los coches que tenía detrás estaban ya hartos de mí estorbando en el camino, decirme que no tiene señal GPS. He de admitir que en esos momentos todo se complica mucho más porque uno pierde la compostura, se acuerda de la familia de Brin y Page, y me pregunto por qué no he seguido usando mis mapas de toda la vida, que me fallaban, pero me dejaban ser autónomo.
De verdad, si a usted le pasa esto en cualquier ciudad, lo sentirá. Si le pasa en Nápoles, con miles de automovilistas (observe que no digo ‘conductores’, porque aquello es como una manada de animales salvajes) dispuestos a adelantarlo por la izquierda, por la derecha y, sobre todo, por encima, entonces se explica la indignación con Google.
Google Maps no solo funciona con GPS, funciona con la red de datos (3G,4G) y con los servicios de ubicación . Google Maps nunca avisa que se ha perdido la conexión GPS, no es un Tomtom.
Vamos a ver, si tienes una castaña de móvil que compraste en un mercadillo y pierde la señal de GPS, no eches la culpa a Google Maps, cómprate un móvil mejor que pille mejor señal y si es multiconstelación mejor. Google Maps funciona perfectamente con un móvil adecuado. No pidas jugar al GTA V en una gameboy.
También es bueno el usar la descarga de mapas al móvil, así evitará sorpresas del GPS, ya que no usará los datos para ubicarse .... y muy buena la app de TomTom, que lo hace na más instalarse jejeje
No es por hacer publicidad pero deberían usar Waze , gratuito.
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