Por supuesto, defiendo el derecho de todo el mundo a participar en el debate público. Sin embargo, es imposible compartir ideas o análisis cuando los contextos, las capacidades o los marcos de referencia no son comparables. Yo no tengo capacidad alguna para debatir con un astronauta, un médico, un entrenador de fútbol o un militar asuntos de su incumbencia. No porque un servidor sea tonto (lo cual es otro tema) sino porque no tengo ni el background, ni el lenguaje, ni los puntos de partida, ni la fluidez conceptual que tienen ellos y que convierten el diálogo, el intercambio de opiniones, en imposible. Ni siquiera domino la jerga, que es ese vocabulario muy específico que se emplea para diferenciar realidades muy cercanas, inaccesibles para el profano.
Explico esto porque en ciertos temas, los que no entendemos deberíamos quedarnos en lo general, o cuidarnos mucho de no meter la pata. Simplemente para permitir que haya debate, porque el debate es posible si no se dicen absurdos.
Estos días, en las páginas de Preferente se han publicado noticias absolutamente interesantes que han sido seguidas por un compendio inacabable de comentarios absurdos, fuera de lugar. Por ejemplo, la noticia que decía que un avión de Qantas tenía pegada una cinta aislante en las alas, lo cual para algunos era una reparación chapucera; o la que informaba de que un avión B737 de Ryanair tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia por un fallo en los flaps.
Son temas interesantes, naturalmente, pero muchos de nosotros no disponemos del conocimiento mínimo para hacer aportaciones válidas. De hecho, por lo visto, la cinta aislante empleada en el avión de Qantas, lejos de ser una chapuza casera, está aprobada y certificada por el fabricante para ciertos casos de menor importancia; aterrizar por una alerta de un fallo técnico no es un hecho aislado, sino que ocurre con alguna frecuencia. Decir de ahí que tal o cual modelo de avión es una chapuza, como hacen algunos, es convertir el debate en un diálogo de besugos. Que ese avión sea el de más ventas del mundo es realmente ridículo.
Dijo el cazo a la sartén
Más alta y más claro no es poisble, pero claro en españa todos somos médicos, abogados, psicólogos y por lo visto mecanicos de aviones ... me parto ... (pero de tristeza en este caso). Hay veces que la libertad de expresión es torticera a más no poder.
Pppppff!!!!! Mucho sapo!!!!