La dirección de Podemos en Baleares se ha reunido con la cúpula de los hoteleros de Mallorca. La reunión, como suele suceder con los políticos, dio titulares: Podemos afirma que los hoteleros explotan a los trabajadores, que no cumplen la legislación y otras lindezas. Como es habitual, la prensa, a la que le falta bien poco para lanzarse al cuello de este sector, ha aplaudido la valentía de Podemos, por no someterse al dominio de estos empresarios.
Para mí todo esto es una ceremonia absurda propia de país 'bananero'. Podemos no es un partido marginal, que tenga que dar charlas en los barrios para que su ideario sea escuchado; Podemos es hoy un partido que gobierna en Baleares, por lo que no debería ir diciendo por ahí lo que piensa sino que debería hablar a través de sus decisiones en el Gobierno. O sea, que si lo que dice que hacen los hoteleros es verdad, y posiblemente en algunos casos sea verdad, ¿a qué viene reunirse con ellos para contarles que son malos? Se sanciona y listo. Y si no hubiera legislación para sancionar, se legisla. Eso es gobernar. Gobernar no es decir “haría esto”, “haría aquello”, sino que es ejecutar lo que se piensa.
Pongamos un ejemplo de uno de esos países capitalistas tan odiados por nuestra izquierda bien pensante: en Estados Unidos, hace unos días, el Citibank fue sancionado con 700 millones de dólares por desarrollar prácticas comerciales con las tarjetas de crédito que el Gobierno no considera procedentes. Nadie escuchará cómo el Gobierno sermonea a los bancos, diciéndoles que “Sois malos” o “Abusáis de vuestra posición dominante”; no, simplemente se aplican sanciones, que es el lenguaje que quienes no cumplen las normas entienden.
Mientras tanto, de forma muy relevante, la única decisión que el gobierno de Podemos ha propuesto y adoptado como co-gobernante del Ayuntamiento de Palma, y tras un mes ocupando sus puestos, ha sido declarar a la ciudad como “no taurina”. La única decisión, un brindis al sol, porque encima no pueden parar las corridas de toros, permitidas por otra legislación de rango superior.
Magnífico: sermones e inoperancia de la mano.
Sigue así.