Un informe durísimo de UGT y CC OO sobre la “precariedad extrema” en el sector clave de la economía española (el turismo) fue publicado “urbi et orbi” dentro y fuera de nuestras fronteras.
Lo primero que hay que decir que frente a hechos no caben argumentos como dejó escrito San Agustín, el santo de Hipona. Los sindicatos –que suelen denunciar (con razón) las mismas prácticas que luego ellos practican (con neto fariseísmo) en sus organizaciones- hablan de una “cara B” en el sector subrayando que se ha establecido un “récord en precariedad laboral”. Supongo que como en este campo de la denuncia no hay quien les tosa y, además, no se pueden poner puertas al campo, los datos que ofrecen se asientan sobre la verdad. A mí, sinceramente, no me cabe duda alguna.
En dicho informe, se sustenta que el empleo creado en el sector en un año de supuestos máximos y desconocidos es “precario, a tiempo parcial y en muchos casos fraudulento”. Se refiere, al parecer, al fraude que se produce a la Seguridad Social por parte de los empresarios al hacer trabajar a los empleados más horas de las contratadas.
En opinión de los sindicatos es en el sector turístico donde la Reforma Laboral adquiere su cara más oscura. “Donde se esconden más falsos autónomos y contratos formativos (de esto último UGT y CC OO saben la leche), subcontratación y externalización…”.
REALIDAD Y REALISMO
Los firmantes del informe afirman que un 97 por ciento de los contratos lo son en “precario” para finalizar señalando que así “no puede haber turismo de calidad”.
Hasta aquí los hechos. La realidad. Ahora la valoración. Nadie en su sano juicio puede aceptar la situación laboral creada por injusta, de vuelo corto, sin futuro, sin progreso ni para los individuos inmersos en ese criminal bucle ni para el conjunto de la sociedad que no avanza.
Creo que la investigación de los sindicatos lleva en esta ocasión gran parte de razón si no toda. Escrito lo anterior, descrita una perversa realidad hay que dar paso al realismo, condición “sine qua non” para poder fijar las condiciones de futuro y aún mejorarlas.
La situación económica es la que es; inmersa en una crisis profundísima de la que todavía no hemos salido y también quiero entender y entiendo a los empleadores. A este respecto recuerdo una frase de Felipe González recién llegado al poder de la Nación –primeros meses de 1983- cuando el cierzo partía la cara del país. El “dios” socialista dijo que era algo mejor algo que nada cuando desde sus propias filas se le reprochaba los contratos basura y otras medidas urgentes y perentorias que tuvo que tomar y que en nada se compadecía con la prédica que distribuía cuando todavía estaba en la oposición-.
Podría valer el aserto felipista para la hora actual. Pero también habría que tomar buena nota de esa más que descriptible “precariedad” que se puede contar y cortar en el sector.
Es verdad que en muchos de los servicios turísticos que se ofrecen en nuestro país a los 80 millones -¡qué ya es decir!-de personas que nos visitan son de escasa calidad. Me refiero a personal que los imparte. Básicamente, porque no son profesionales, asignatura está a la que hemos dedicado ya varios periscopios. Y a los profesionales hay que pagarles salarios dignos y ofrecerles condiciones laborales del primer mundo. Algo obvio, mis queridos amigos.
Pero es lo que hay. ¿Acostumbrarse a esa deriva? En modo alguno. ¿Resignarse a perpetuar situaciones no aceptables? En ningún caso. Sin duda, habrá que modificar el “statu quo” a marchas forzadas pero también con los pies en el suelo. No sea –como ha ocurrido en otros sectores- que por querer cambiar las cañerías nos quedemos sin agua y sin aceite.
Cuadra a la perfección en el tema capital de este modesto comentario la polémica tan actual de los “alquileres turísticos” que la alcaldesa de Barcelona –por poner un simple ejemplo- no sabe cómo meter mano. Frente a los intereses de los hoteleros, por un lado, y los vecinos por otro, está la realidad de que miles de personas viven y perviven de esa clara economía sumergida.
Gobernar mis queridos amigos es decidir. Y decidir es siempre optar.
Por de pronto, el parón del PIB por mor de la situación política se llevará por delante 120.000 empleos. Repito. Gobernar es decidir. Y decidir es optar.
En su articulo de hoy toca opinar de un grave problema. Claro esta desde su óptica, atacando y fraseando siempre en la misma dirección, obviando la soledad que los sindicatos tienen por el poco apoyo por el temor y necesidad de los (usted mismo citó en uno de sus intencionados artículos) que han de aceptar lo que se les ofrece porque es mejor que nada y la necesidad mucha.
Quizá es de ingenuidad pensar que en el diálogo de los políticos declarados estaría el buscar y llegar a un camino a seguir. Pero como usted sabe y no critica el vetar toda iniciativa que les llega es rechazada.
Resulta entonces que la precariedad es culpa de los trabajadores que no están bien formados!! Acabáramos, ¿me está usted diciendo el camarero del chiringuito cobraría todo en A y con horas extra incluidas si se hubiese terminado el ciclo superior en hostelería?
Y luego el gobierno municipal de Barcelona no sabe cómo meter mano a los alquileres ilegales. Tiene bemoles que se critique a la única administración que realmente está haciendo algo para atajar la turistificación masiva e incontrolada.
Me quedo alucinado. Hay opinantes que o no saben leer o simplemente no entienden nada de nada.
Sr. Balear, parece usted la hermana mayor del columnista saliendo en su defensa,tan solo ha faltado que como en tantas ocasiones nos trate de lerdos.
Quizá podria hacer un webinar??
Yo no soy la hermana mayor de Graciano Palomo pero encantan sus artículos.
La culpa la tienen los sindicatos, seguramente no; seguro
Felipe Gonzalez creó lo precario, posiblemente no; seguro
Doctorados en económicas fiendo papas; clarísimo y seguro
Servicios y servidores turísticos con poca calidad seguro
Qe los alquileres turísticos es economía sumergida seguro
Qe el articulista encanta a muy pocos; segurísimo,seguro