El éxito de una compañía aérea no se debe medir por el volumen de pasajeros, sino por la cuenta de resultados. ¿A quién le interesa transportar a mil pasajeros que paguen un euro pudiendo llevar uno que pague mil euros? Por eso, los resultados generales de 2017 de la aviación comercial en España tienen que ser estudiados con cuidado. Cierto que Air Europa pierde un uno por ciento del mercado, pero es más importante ver su cuenta de resultados. Aquí no se trata de transportarlo todo, sino de hacerlo con eficiencia. El volumen alimenta sólo la vanidad del empresario.
Air Europa lleva ya unos años transformándose de aerolínea basada en los vuelos de corto y medio radio europeos en una aerolínea de vuelos transatlánticos. Vamos, que cada día son más los viajeros que suben a un avión de Air Europa para cruzar el Atlántico y menos los que suben para dar un salto de media hora por la Península. A los efectos de las estadísticas, los dos son pasajeros, pero a los efectos de la cuenta de resultados, está claro que el viajero a América es mucho más rentable. Y sobre todo si el avión que lo transporta es un B787, altamente eficiente.
El problema preocupante surgiría si la pérdida de mercado de Air Europa, en contra de la tendencia general de todas las demás compañías, fuera acompañada de unos pobres resultados económicos. Esto entonces estaríamos ante un problema muy serio. Pero, aunque Air Europa lleva años presentando resultado económicos modestos o incluso negativos, hay que ver qué ha pasado en 2017.
Sin embargo, incluso en esta situación, hay que plantear otra cuestión muy seria: ¿cómo es que Iberia Express, Vueling, Norwegian y, naturalmente, Easyjet o Ryanair, son capaces de generar beneficios en el corto y medio radio europeo y Air Europa no? Porque Air Europa lleva toda su vida en este segmento, lo debería conocer y su capacidad interna, su know-how le debería haber enseñado a operar rentablemente en este tipo de servicios. ¿Qué ocurre para que veinte años después del nacimiento de las compañías low cost, Air Europa aún no tenga muy definido qué producto ofrece en Europa? Esto merece un análisis que, lógicamente, pone en solfa a los Hidalgo.
Esperaremos a ver cómo ha ido 2017, pero en cualquier caso, la esperanza para los Hidalgo sólo puede venir de América. Los vuelos interiores europeos parecen ya un terreno abandonado que sólo se mantienen para nutrir el hub de Madrid y poco más. El acuerdo con Ryanair sugiere incluso que la idea final pueda ser desmontar esta parte de la compañía o, a menos, dejarla languidecer.
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