La mediocridad y ruindad de Turespaña que ven la luz 4 años después

Nada más y nada menos que 4 años han tardado los medios -algunos, muy pocos pero buenos: El Confidencial y Expansión- en recoger lo que acontece en Turespaña. La mediocridad y la ruindad de sus dirigentes por fin han tenido eco en diarios con solvencia: el primer diario online y el primer diario económico. En este tiempo, sólo un grupo de comunicación, este digital y su revista hermana, han venido publicando las mentecateces e injusticias de Turespaña.

Mejor dicho, de la Secretaria de Estado de Turismo que aun dirige un cargo político sin experiencia turística alguna y con un nivel político muy bajo como es Isabel Borrego. Dirigente que ha hecho excelsos a sus antecesores que no fueron sublimes. Borrego llegó al sillón con el apoyo del PP de Baleares aun cuando ella era simple concejal en un pueblo de Madrid. Y que aterrizó en el puesto por la renuncia de un reconocido profesional del Sector que antepuso su empresa al puesto, Aurelio Vázquez.

Sí lo ansiaba y por él luchó con denuedo un político mallorquín mal visto en el PP de su tierra y  en el mundo del turismo isleño, Miguel Ramis. Otro bobito que llegó a decir que él no fue secretario de Estado porque el editor de este digital así lo pactó con el ministro José Manuel Soria. Ni nuestro editor conocía a Soria, ni había hablado nunca con él, ni desde los medios del Grupo Preferente se hizo sugerencia alguna sobre candidatos. Nada de nada. Absolutamente. Excusas de perdedores.

Es más, en estos 4 años, nadie de esta casa ha mantenido contacto alguno con Soria, desde el más alto al nivel más bajo. Argumentos sin base de políticos insulsos que se han refugiado en la política porque han sido incapaces de triunfar en la empresa privada. Mismamente, la secretaria de Estado que llegó de rebote y que además de no saber idiomas cometió varios actos de ruindad, siendo el más flagrante la defenestración de un gran profesional y una persona muy apreciada en el Sector como es Manuel Butler.

Sin olvidarnos de la tropelía cometida con Ignacio Vasallo Tomé al que arrinconó en el amplio sentido del término después de una brillante carrera en una institución de la que él fue uno de sus impulsores y en la que ocupó altísimos puestos hasta los meses previos a su jubilación. El ministro se lavó las manos con Butler, con Vasallo y con todas las memeces que Borrego y su equipo llevó a cabo. E incluso desoyó a un a voz muy autorizada -grande del turismo y la economía- que reclamó comprensión para los “apestados”.

A Butler no lo marginaron por ser del PSOE como Vasallo, sino por ser un primer espada que hacia sombra a la muy limitada Borrego. Antes de que El Confidencial y Expansión sacaran a la luz los trapos sucios de Turespaña -nada que ver con lo que puede salir próximamente por los excesos cometidos en un departamento sinsentido que de forma paralela se creó para disfrute de sus titulares- algunos empresarios y profesionales comentaban que nos quedamos cortos con lo publicado sobre la secretaria de Estado de Turismo y Turespaña.

Lo decían después de sufrir en sus carnes a Borrego y a dos de sus elementos más conspicuos. Nos quedamos cortos porque dicen que lo que viene es de tira. Afortunadamente, el mundo del turismo no se ha visto afectado por la idocia de Borrego y el ministro que colocó a una gerente de un campo de golf de su tierra en una comisión de sabios. Una comisión en la que figuran gente de peso que no da crédito a lo que ve pero que nunca toma Puerta, Camino y Mondeño.