El crecimiento del PIB en China

Vivimos en un mundo inundado de información, incluida la que yo transmito, claro está, en que uno cree que muchas veces no se explican las cosas como son, sino como nos conviene o como nos afectan a nosotros, que es una visión parcial o subjetiva de la realidad. A veces es peor, a veces simplemente se falta a la verdad por seguir aquella máxima terrible de "no dejes que la verdad te estropee un buen titular".

Ya compartí con ustedes mi asombro por el "drama" de que bajen los precios del petróleo. Así parece si uno sigue las noticias en Europa, Asia o América, da igual. Y resulta que la bajada es mala para el 3 por ciento de la humanidad (los habitantes de países productores, las empresas petrolíferas, los inversores en petróleo y gas) y muy buena para el restante 97 por ciento del mundo, como la mayoría de nosotros. Lamentablemente deben tener más fuerza el 3 por ciento al que me refiero que el 97 restante porque en ocasiones esto parece un funeral, pero no se preocupen, para la inmensa mayoría de nosotros es motivo de celebración y ¡que dure!

Ahora parece que es un drama que China haya crecido al 7.4 por ciento del PIB en 2014. Su objetivo era el 7.5 y parece que ese 0.1 sea peor que el punto o los dos puntos en que Europa se ha quedado corta en los últimos años, y que, dicho sea de paso, no ha crecido al 7.4 desde la revolución industrial. Seamos justos y no veamos la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Curiosamente, China podría crecer por encima del 10 por ciento como ha hecho durante casi 20 años, pero no lo hace porque ha decidido por fin contener la inflación, reducir la contaminación y cambiar a una economía más basada en el consumo interno y menos en la exportación. Curiosamente eso era lo que proponían estos últimos años los mismos que hoy se muestran tan preocupados por el 7.5 por ciento. China va bien y tiene un futuro brillante. Es una oportunidad de negocio extraordinaria. Ahora bien, si lo que nos preocupa es que ese menor crecimiento tirará menos de la economía mundial o de los sectores de minería y energía, eso es otra cosa. Es que nosotros tenemos un problema y no que China tiene un problema. Tal vez si mirásemos más en la dirección de las oportunidades y menos en la de nuestro ombligo, estaríamos comenzando a andar el buen camino? Recuerden a Confucio, "un camino de 1000 millas empieza por un primer paso"