Ahora que quedan pocos días para las elecciones generales, tal vez sea buen momento para compartir mis opiniones sobre algunos aspectos sobre los que, a buen seguro, tendrán que pensar y, tal vez, decidir nuestros futuros gobernantes en materia turística.
En primer lugar sería bueno dar a la industria turística la importancia y reconocimiento que tiene y merece. No hay otro sector mayor en nuestra economía, muy especialmente en creación de empleo y, sin embargo, el turismo ha sido, desde hace décadas, un sector menos importante para los sucesivos gobiernos que hemos sufrido o disfrutado, muy por detrás de la agricultura, la pesca o la minería
En segundo lugar, en época de escasez de recursos, convendría usar mejor los pocos que tenemos. Por ejemplo no puede ser que los instituciones gasten en Ferias lo que no gasta ningún país o que destinemos muchos recursos a la promoción en el Reino Unido o Alemania, donde todo el mundo nos conoce, y no a Asia, por ejemplo, donde somos muy desconocidos
En tercer lugar debemos seguir apostando por el turismo de sol y playa y, a la vez, buscar fórmulas para despegar en otros segmentos. El turismo urbano en Barcelona o los Congresos en Madrid son ejemplo de éxito que podría extenderse a la cultura, la gastronomía y un largo etc.
En cuarto lugar, Asia es aún nuestra asignatura pendiente como mercado emisor. El marketing sólo no basta para que España reciba a muchos más asiáticos. Hacen falta muchísimas más rutas aéreas, que son el secreto del éxito en Asia de destinos como Alemania, Suiza, Holanda o los países nórdicos
En quinto lugar, la tecnología juega cada vez un papel mayor en la competitividad de nuestras empresas, pero es cara. Tal vez sería el momento de aprovechar la capacidad de innovación de muchas universidades para que se estableciera una fructíera colaboración entre las mismas y el sector turístico que mejorara la posición competitiva de muchas empresas que pueden verse fuera del mercado si no tienen acceso a tecnología punta
En sexto lugar, España debe ofrecer calidad, no sólo en hoteles, infraestructuras o gastronomía. Debe ofrecerse una mejor calidad de servicio y en ese sentido la formación juega un aspecto clave
En séptimo lugar, debemos cuidar la imagen. A veces se toman decisiones que no son ni buenas ni malas en sí, pero que aderezadas con todo tipo de disputas políticas ofrecen al exterior una imagen lamentable. Me refiero a tasas turísticas, moratorias o infraestructuras. Se hacen o no se hacen, pero no hace falta dar el exterior un espectáculo de que aquí se decide a salto de mata dependiendo del gobierno y del político de turno y que, invariablemente un cambio de Gobierno va a suponer un cambio radical en las políticas y normativas de los cuatro años precedentes.
No sé si a nuestros próximos gobernantes los servirá algo de todo lo anterior. Lo que sí creo es que ya es hora de que todos digamos lo que pensamos, claro y alto, porque si el sector turístico no empieza a hablar con unidad tal vez seguirá condenado a un ninguneo por parte del gobierno de turno que no merece por su extraordinario contribución a las economías de España y de medio mundo, pero que será consecuencia, en cambio, de la incapacidad de hacer causa común en defensa del sector.
Eso lo ha declarado en multitud de ocasiones el presidente de CEHAT, Juan Molas, que el Turismo debe de ser considerado definitivamente como POLÍTICA DE ESTADO
En mi opinión, tenemos que ver el turismo como un sector fundamental para España en el largo plazo. Si queremos que nuestro país se focalice en industrias de valor añadido, calidad y alta competitividad, con empleo cualificado, tenemos que hacer que España (y sus empresas turísticas) como destino turístico sea competitiva, innovadora y con servicios de valor añadido, fuera de la competencia en precio.
Hace mucho tiempo que el "TURISMO" se merece en este pais un
ministerio y no estar de prestado entre la industria y el fomento
Hace mucho tiempo que nos merecemos; y no tenemos ni hemos tenido
unos políticos y responsables turísticos que se preocupen de ello
para que el turismo sea esa fuente de riqueza general para todos
los que formamos parte de este sector y no un mundo de riqueza
exclusivo para piratas, bucaneros, empresarios sin escrúpulos
banqueros, socios y asociados de fondos bien conocidos que
solo quisieron aprovecharse ellos a costa del esfuerzo de los
que realmente sienten que en este país hay que vivir del y
cuidar el turismo para que no sea el bebedero de patos que los
que presumen de cuidar y querer han emponzoñado con salarios
de miseria, saqueos a destajo, ultrajes y engaños.