Fontenla tira la toalla

Dicen que por el humo se sabe dónde está el fuego, y que la crisis en Thomas Cook era de alto voltaje se veía venir desde que hace poco más de un año la mayorista perdiera las formas al imponer a los hoteleros españoles un descuento del 5% sobre precios ya pactados. Tuvo que recular entre amenazas apocalípticas, pero el insólito gesto fue revelador y probablemente más de un hotelero desprotegido aún no haya cobrado. Ahora su CEO, Manny Fontenla, dimite tras revisar a la baja la previsión de beneficios no una vez ni dos en lo que va de año, sino tres. TUI no dice ni esta boca es mía, será porque también ha puesto sus barbas en remojo. Tiempo hace que Preferente, revista impresa y portal digital, viene advirtiendo sobre la falta de liquidez de nuestros dos grandes proveedores turísticos. De que ambos están tiesos y hacen acopio de propiedades hoteleras ante lo que pueda ocurrir. De las drásticas caídas de Thomas Cook en la Bolsa de Londres y de que se plantea seriamente dejar la touroperación de grandes distancias. Sin embargo, los mensajes que difunden uno y otro sobre la temporada 2011 son optimistas, y en casos como el de Baleares rayan el triunfalismo. ¿Hay que fiarse o es en realidad el canto del cisne y se aproxima el crack de la gran touroperación? Es difícil saberlo, la economía mundial es hoy en día como esos gusanos que transmiten sus movimientos de la cabeza a la cola con tal lentitud que nunca se sabe si se contraen o se expanden, y a eso se le llama globalización. Teniendo en cuenta que se cuestiona la viabilidad de un modelo de negocio tan consustancial a nuestro modelo turístico -que también vive una encrucijada, no lo olvidemos- es como para echarse a temblar.