España ha sido tradicionalmente uno de los países con mayor turismo, tanto a nivel europeo como a nivel mundial. Prueba de ello son los últimos datos de turismo del Instituto de Estudios Turísticos (IET), que han revelado que el pasado año nuestro país recibió 99.195.473 visitantes extranjeros. Por otro lado, fueron 147.407.636 el número de españoles que eligió su propio país como lugar de residencia.
¿Por qué estos favorables datos turísticos? Sin duda se puede apelar al clima, las playas, el índice de precios de consumo (IPC), el índice de precios hoteleros (IPH),… pero todas estas características también se encuentran en países del sur mediterráneo como Túnez o Marruecos o países del mediterráneo norte como Croacia, Chipre, Bulgaria o Grecia que, teniendo similares baremos, no poseen el mismo nivel de turismo.
Por tanto, ¿cuál es nuestro punto fuerte? ¿qué nos diferencia?, bajo mi perspectiva, la correcta adaptación de los hoteles españoles a los cambios del sector. Una progresiva mejora en los servicios y una completa y personalizada oferta al cliente.
Esa remodelación ha sido la clave para que, pese a la coyuntura económica, los grandes complejos sigan manteniendo estables sus niveles de ocupación. Ocupación que, según datos del Instituto Nacional de Estadística, superó las 281.000.000 pernoctaciones el pasado año.
La ampliación en la mejora de servicio de los hoteles y complejos españoles se ha basado en tres puntos fundamentales:
En primer lugar, la mejora en la oferta de restauración, ofreciendo a los clientes una oferta basada en la calidad y la variedad. Los complejos con más de un restaurante han diversificado su oferta, de modo que sus huéspedes se queden a comer “en casa”.
Además de poner lo ojos en la restauración, la oferta de ocio se ha vuelto prioritaria, no vale sólo con tener piscinas, campos de juego o incluso un spa dentro del complejo. Estas instalaciones son explotadas con cursos deportivos, tratamientos wellness,… que añaden un atractivo mayor al complejo.
La última característica que se ha puesto en relieve es el “rincón especial”, un extra que diferencia al hotel y que lo conviertan en único. Una terraza para ver los atardeceres, un lobby cuidadosamente decorado, un patio interior de estilo andaluz,… pequeños lugares que hacen que el complejo se convierta un emplazamiento especial.
En cuanto a cómo ha empezado el año para el sector, los últimos datos de ocupación hechos públicos por el INE indican que dicha variable ha descendido un 3,7% frente al mismo periodo del año anterior.
Pese a haber comenzado con unos datos negativos, el sector es optimista ya que el descenso de ocupación del año anterior no superó los tres puntos porcentuales, muy lejos de las caídas sufridas por otros sectores. Unas cifras negativas sí, pero un índice tan bajo lleva a pensar que es producto del entorno económico y no del servicio hotelero español, que se esfuerza en hacer lo que mejor sabe: mimar al cliente y ofrecerle una completa y personalizada oferta.
(*) Javier Luri es Director Gerente Hotel Meliá Villaitana 4* y The Level at Meliá Villaitana 5* en Meliá Hotels International
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