Motivaciones viajeras

Resulta una buena noticia para el sector, porque la información siempre es un factor positivo, que en los últimos tiempos se hable cada vez más del impacto económico -por turístico- que implican y generan determinados eventos o acontecimientos relacionados con los viajes. En pocas semanas hemos podido saber la repercusión económica que para una ciudad como Girona o Almería tiene que su equipo de fútbol juegue en la División de Honor o en Segunda. Y, en un ámbito muy diferente, el de la música, los organizadores del anual Festival del Castell de Peralada han dado a conocer el informe de una firma consultora que revela el impacto económico que en 2012 llevó consigo dicho evento cultural y lúdico: 12,2 millones de euros de contribución al PIB español, la mayoría en Cataluña, y unos ahorros o retornos fiscales de 1,3 millones de euros en concepto de impuestos recaudados (IVA, IRPF y Sociedades).

Desde hace años, los datos macroeconómicos manejados en las estadísticas turísticas oficiales han sido generalistas, con énfasis en la balanza de pagos por cuenta corriente, el volumen de riqueza derivada de las estancias en alojamientos turísticos y, más recientemente, en el gasto turístico aunque básicamente el referido al turista de paquete combinado. De este tipo de datos están llenos los archivos, las bibliotecas y las hemerotecas. Pero poco frecuentes son los estudios de estimación de la repercusión turística, económica y fiscal relacionados con las motivaciones de los consumidores, salvo excepciones, que las ha habido, y muy notables algunas de ellas. Como aquellos primeros análisis sobre los viajes de la tercera edad del entonces llamado Inserso o sobre el impacto del museo Guggenheim.

Por esto, hay que acoger con satisfacción -sobre todo quienes nos movemos en el ámbito del análisis y estudio del sector- el encontrarnos con informes como los relacionados con los que viajan por el fútbol o por la música. Y debería haber más, que no en vano la transversalidad del turismo es algo más real que meras palabras en algunos discursos.

La realización, difusión y divulgación de los estudios de impacto económico ayuda a ver y constatar que la motivación de los viajeros es muy importante, decisiva. Bastante más que algunas ideas obsoletas ligadas a determinados estamentos hoteleros del modelo de sol y playa vacacional veraniego de toda la vida. Porque hay turistas y excursionistas, en definitiva, que lo son porque les motiva acudir a una playa. O asistir a un concierto de música clásica. O porque quieren acompañar como seguidores al equipo de fútbol de sus amores cuando juega fuera de casa. Y además resulta que su cantidad y el gasto que efectúan tienen relación con la división en la que juega su equipo. Para Elche, Villarreal, Almería o Girona -o Palma de Mallorca- no tiene el mismo impacto turístico y económico recibir a seguidores de un club de primera que de uno de segunda. Ni tampoco que, por esto mismo, que el equipo visitante se aloje en un hotel de más o de menos estrellas.