Ya no son oportunidades empresariales las que ha abierto la quiebra y liquidación de Thomas Cook: son chollos, al menos para algunos empresarios y directivos. Y lo más llamativo es que, a pesar de que los agoreros pronosticaban la desaparición de las agencias de viajes minoristas con tiendas físicas… estas han sido los primeros activos que han encontrado compradores: Hays, las del Reino Unido, Springwater (Nautalia y Wamos) las de Bélgica y algunas más que cuando se publiquen estas líneas podrían haberse dado a conocer o estar a punto.
Otra fuente de chollos van a salir de las decisiones del consejo de ministros del pasado viernes día 11: rebajas de tasas aeroportuarias, financiación adicional, entregas a Canarias y Baleares… y, muy especialmente, los 500 millones de euros -si, 500 millones- que se van a destinar a “apoyar financieramente los proyectos que desarrollen las empresas turísticas orientados a la adaptación y mejora de la competitividad, en especial aquellos que contengan actuaciones de digitalización, innovación y modernización de los servicios”. Como si esto tuviese que ver con la quiebra de Thomas Cook, como sostiene la frase popular, a río revuelto, ganancia de pescadores.
Por último, no puedo dejar de mencionar el gran chollo electoralista que encontró la vicepresidenta del Gobierno en su rueda de prensa, diciendo que este estudia la posibilidad de iniciar acciones legales por los perjuicios causados por la quiebra voluntaria de Thomas Cook. Acciones legales… ¿contra quién? Porque algún medio lo ha convertido en una denuncia al Reino Unido por dejar quebrar al grupo turístico. Todo lo cual roza el surrealismo.
Los solialistas haciendo brindis al sol, nada nuevo.