Las Moiras eran unas diosas muy importantes que, según distintos autores, podían ser hijas de Zeus, pero también del caos o la noche. Son las diosas del destino y controlan el nacimiento, la vida y la muerte de los mortales a través de unos hilos que representan la vida de los hombres
¿Por qué hago esta introducción? Simple, muy simple. El transporte aéreo peleó en los años 90 por la liberalización de Europa. Yo participé en ella al igual que otros más grandes profesionales del sector aéreo. Mi actividad me llevó a ser miembro del consejo de Airlines of Europe, un grupo que abogaba por la liberación del transporte aéreo. Estaba construido por compañías como Air Europe en Noruega, Alemania, Inglaterra, España, Italia o la más importante y pionera Air Europe UK en fin para qué cansarles.
Hoy la pelea es por obviar las fronteras a nivel mundial. El transporte aéreo no puede ya tener fronteras de ningún tipo ni burócratas que vivan de la protección de sus líneas aéreas en países como Estados Unidos. Las grandes compañías del Golfo piden libertad de operación, las europeas como Norwegian Air exactamente lo mismo. Los cielos no tienen fronteras ni abismos, el cielo es infinito. Las mentes cerradas siguen protegiendo lo imposible la realidad, la lucha y la fe de las empresas que tienen una visión de la aviación global. Las diosas de la mitología controlan pues el nacimiento, la vida y la muerte.
Como en la mitología, el transporte aéreo sobreprotegido está llegando a su fin, se muere como murió el europeo.
Legisladores ciegos no se escuden en el hecho de que las compañías del Golfo están subvencionadas o que la operación de Norwegian Air afectaría a miles de empleos en el mundo. No es ya posible luchar contra lo inevitable.
El sector aéreo mundial, son como los Masai, de África son libres y nacen libres. Si los encarcelas creen que es para siempre y mueren. En este sector hemos estado muchos años encarcelados por los grandes monopolios, pero no hemos muerto, hemos seguido luchando todos por la grandeza de este Sector y este Sector ha dado grandes profesionales que han sido capaces de superar las barreras políticas y de los grandes lobbys a nivel mundial.
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Una cosa es Cielos Abiertos y otra cosa lo que piden compañias como Norwegian, pues las aerolineas del golfo ofrecen contratos a sus empleados insuperables e inimaginables en Europa y USA mientras que Norwegian quiere beneficiarse de los cielos abiertos contratando personal en Thailandia pagandoles el sueldo Thailandes en Thailandia y haciendoles trabajar por todo el mundo siendo una compañia europea, eso perdoneme es pan para hoy y mucha hambre para mañana pues que les espera a los empleados europeos, mas que miseria
Articulo low cost para revista low cost
Siga escribiendo articulillos motivando al pirateo aeronáutico que alguna empresilla de esas que usted conoce tan bien le contratara algún día para dar sombra al botijo
Paco
Esas tales "Moiras" tienen gran predicamento en lo que viene siendo la sociedad española. Solo así se explica que cuando enviamos "expertos" a comisiones europeas o similares resulten ser los que han hundido varias empresas del ramo. Han sido las Moiras y no las excelencias. O sea el nacimiento y no la capacidad.
Esto de la liberalización es repetición de cuento antiguo.
Y ya que menta su pelea en los años noventa recordará como pocos años antes en las reuniones del GATT se hablaba de la "globalización". Excelencia donde las haya, nos decían y muchos progres asentían.
Nos decían que si los chinitos no vivían como los occidentales en absoluto era responsabilidad de ellos y su organización (política), si no que era culpa de los occidentales y sus perversas aduanas y aranceles.
Había que acabar con esa rémora.
No dijeron que liberalizando el comercio "los chinitos podrían vivir como los occidentales".
Asi se hizo en gran parte. Y ahora vemos que el resultado de esa liberalización en realidad a llevado no a que "los chinos vivan como occidentales" sino a que a "los occidentales nos han puesto a trabajar como chinos".
Por cierto que la palabra globalización a pasado de referirse a algo deseable a convertir se en el equivalente a mentar al hombre del saco.