Vivimos unos momentos turbulentos, el mundo esta en crisis, no hay trabajo y familias enteras viven con grandes dificultades. Muchos han tenido que abandonar sus casas e irse a vivir con sus padres porque, o bien no tienen trabajo, o simplemente su economía no les permite seguir pagando sus casas. Buscamos desesperadamente reencontrar nuestra dignidad con un trabajo digno, solo eso. Pero el mundo con sus especuladores nos ha llevado hasta esta situación y ellos se esconden, mientras los demás sufren.
En estos momentos en los que cualquier sector del trabajo, sea la aviación, el turismo o la construcción, se halla destruido y nos afecta a jóvenes y viejos, solo me queda decirles en estos días tan importantes para la cristiandad que recuerden estas palabras: Dios es nuestra luz ¿a quien hemos de temer? Y también la fortaleza de nuestra vida, ¿por qué hemos de temblar?
Para todos aquellos que no dejamos de tener esperanza en Dios, vendrán tiempos mejores, en que podremos ayudar a nuestros hijos, a nuestros semejantes y, si nos falla esa fe, para mí que nos alejamos de Dios. Recordad siempre que lo imposible para el hombre es posible para Dios. Y día a día, no dejemos de repetirnos estas palabras del poeta: “Más allá de la noche que me cubre negra como el abismo insondable, doy gracias por mi alma invicta. En las azarosas garras de las circunstancias nunca me he lamentado ni he pestañeado. Sometido a los golpes del destino mi cabeza ensangrentada, pero erguida. Más allá de este lugar de cólera y lágrimas donde yace el Horror de la Sombra, la amenaza de los años me encuentra, y me encontrará, sin miedo. No importa cuan estrecho sea el portal, cuán cargada de castigos la sentencia, soy el amo de mi destino: soy el capitán de mi alma. He visto todo lo que se hace bajo el sol y he aquí que todo es vanidad y anhelo de viento”. Nuestros días no son más que el largo de un palmo de nuestras manos.
pero esto que és ???, es que reamente llega el fin del mundo y yo no me he enterado????...
¿Qué nos ha pasado Tomás?
Muy sencillo, hemos vuelto a caer otra vez más, como ha sucedido en los últimos miles de años. No está pasando nada nuevo, quizás sí, que nosotros los humanos, que pensábamos que lo controlábamos todo con los nuevos dispositivos electrónicos, como los smartphones, wifis y con las redes sociales al rojo vivo, y que aparentemente tenemos a nuestro alcance todo tipo de información, hemos sido de nuevo estafados por el llamado "orden mundial".
Nunca creímos las palabras de nuestros abuelos o a la misma historia donde nos contaban que el hombre es el que hace más daño a cuanto le rodea y que muy pocos hombres han hecho mucho daño al resto.
Y pensamos que eso ya no podía pasar.
Y ha pasado.
Y la familia, núcleo de la estabilidad de la persona se ha vuelto a encontrar asediada por todos los lados, esto es, inmoralidad, falta de valores y un capitalismo al borde de la ruptura social en donde se inventan cuadrantes de beneficios insostenibles a largo plazo y donde se opta por echar a mayores del mundo laboral, valgan o no, y se les pone recambio a los nietos, que van a quedarse a vivir con sus padres esquilmados y al borde de la depresión profunda.
Existen varios autores que reniegan de esta sociedad, Shophenauer, y de siglos pasados que nos avisaron.
Pero seguimos ofreciendo laureles al que engaña y estafa, o incluso le seguimos ofreciendo el tesoro más preciado por nuestra sociedad:
La confianza.
Gran error.
Seguirán destrozándonos a todos.
Amén! Si Dios está conmigo quien contra mi. Y recordad tambien que Ayyy de quien haga daño a un hijo de Dios porque ni debajo de las piedras podrá esconderse.
Toda esta crisis económica tiene un precedente claro: la crisis de valores. Sin la crisis de valores no hay crisis económica que valga. Y muy pocas personas, casi ninguna, han visto esta crisis de esa manera, y muchas menos, lo han escrito. Ya sean valores religiosos, a los que Ud. apela, o morales, que también pueden valer, son fundamentales para la recuperación económica,y, en general para la recuperación social. Aprovecho para firmar un alegato a favor de la familia, tan denostada por personas que tanto han perdido el norte. Sus palabras, Sr. Cano, son, como poco, reconfortantes.
Vaya ahora resulta que esta crisis no es por culpa de los bancos, de los cooruptos, del PP etc. Vaya sarta de tonterias que puedes llegar a decir.
Seguro que esta crisis es culpa de bancos, políticos y demás especuladores Juan, pero lo que está claro, al menos para muchos, es que los valores se han perdido y eso se nota mucho, Sobre todo en políticos sin escrupulos,que roban y engañan o bancos estafadores de preferentes y demás, que son los grandes culpables de este problema.