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EDICIÓN ESPAÑA

Carta de un auxiliar de vuelo

“Permita que le haga llegar estas letras tras la comunicación por parte del jefe de base de Palma de mi marcha. El trato recibido ha sido excepcional por parte de todos. Me he sentido y me sigo sintiendo muy orgullosa de haber pertenecido a su empresa. He desarrollado mi trabajo, entiendo, humildemente de forma profesional tal y como me enseñaron, tanto en esta como en otras empresas en las que he volado. Ciertamente, siempre guardaré con cariño mi estancia con ustedes con afecto y mi mayor respeto.

 

Mis compañeros en general han sido excelentes y el ambiente de una gran cordialidad y con un alto grado de profesionalidad. Solo hay un pero y espero lo entienda como tal, nunca debí insistir con tanto ahínco mi cambio de base de Barcelona a Palma de Mallorca.

 

Sinceramente, creo que deberían hacer, y lo digo una vez más con toda humildad, pero de forma firme y profesional, porque me considero una profesional de este sector, un mayor control e inspección sobre las bases pequeñas, que suelen convertirse en ‘cotos privados’, y es difícil convivir con ellos.

 

Un control sobre los jefes de base, una constante vigilancia de los ‘procedimientos’, mejorarían la convivencia entre grupos pequeños, y el nivel profesional de todos.

 

Una vez más gracias, gracias por la oportunidad de volar con ustedes y gracias por haberme dejado formar parte de esta familia. Estoy segura de que seguirá siendo cada día mejor y más grande porque al frente hay personas como usted y otros muchos más a los que no he podido conocer. Soy consciente de que la perfección no existe, pero si buscamos, como yo he hecho, la perfección con fe, podremos alcanzar todos la excelencia y créame que yo, tanto a nivel profesional como personal, la busco, aunque ahora me suponga volver de nuevo a emigrar.

 

Reciba mi mayor consideración personal y gracias por todo una vez más.

 

Atentamente”.

 

No hay razón para pensar que estas cosas son excepcionales. No, no lo son. Es lo más normal. Los auxiliares son carne de cañón, y ¡ay, como le caigas mal a alguien! Estás jodido. Nadie saldrá en tu defensa. Hay que pensar que solo existen dos compañías aéreas en este sector, por lo que los jefes de base se consideran entre los dos mejores. También tenemos a los dos mejores directores generales. Claro, no hay más compañías como para comparar. Si lo hacen con sus competidores europeos o africanos no tiene color, pierden los de casa.

 

Como decía sir Freddie Laker, “este sector -y él lo conocía bien- está lleno de bastardos” y los sigue habiendo con el consentimiento de los máximos gestores; “ponga un bastardo en su mesa”.

 

Tenía razón Laker con su famosa frase: “Sue the bastards”. Hay demasiados y ha habido demasiados en este sector. Para muestra un botón. Miren cómo está la aviación en nuestro país.

 

Lo dicho en repetidas ocasiones desde estas páginas: emigrar y emigrar, porque todo hombre o mujer tiene varias ciudades en su vida. Vayamos si podemos y dejemos a los bastardos que se queden hasta que entre ellos mismos se destruyan como necios.

 

Cualquier organización, con el fin de sobrevivir y alcanzar el éxito, debe tener un conjunto de creencias sobre sus acciones y políticas empresariales. En mi patria no conozco ninguna línea aérea que parta de ese concepto, salvo los personalísimos, arcaicos y estúpidos de una generación mediocre.


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