Robin Kamark acaba de ser nombrado para lo que se ha convertido en uno de los trabajos más difíciles de la aviación. No, no estoy hablando de ser un pasajero de United Airlines. Estoy hablando de ser nombrado el CEO de Etihad Airline Equity Partners. En esencia, el trabajo del Sr. Kamark en los próximos meses será enfrentarse a los dolores de cabeza que genera el paradero desconocido de los miles de millones de dólares que Air Berlín y Alitalia le están costando a su benefactor de Abu Dhabi. La primera reportó pérdidas continuas (la más reciente fue una enorme pérdida neta de 781,9 millones de euros, 824 millones de dólares, para 2016), mientras que de la segunda ¿qué podemos realmente decir?
Los periódicos italianos se apresuraron a especular que la decisión casi abrumadora de la fuerza laboral de rechazar un plan de reestructuración no era más que una estratagema para obligar al gobierno de centro izquierdas del Partido Democrático a actuar, es decir, a renacionalizar al transportista. Después de todo, el PD ha confiado históricamente en los sindicatos para el apoyo político que necesita para llegar al poder. Con unas elecciones generales que se celebrarán en los próximos doce meses, qué partido, especialmente uno que recientemente perdió un referéndum por un deslizamiento de tierra, podría arriesgarse a pasar a la historia como la administración que supervisó la desaparición de su compañía aérea nacional, icono de un país, como Alitalia, y responsabilizar de la desaparición de 12.500 puestos a los propios trabajadores.
Entonces, ¿que hacemos con Alitalia? Por el momento, el status quo se mantiene y los vuelos continúan operando como de costumbre. Roma ha logrado obtener el permiso de Bruselas para extender una línea de crédito de 400 millones de euros para la compañía aérea, suficiente para mantenerla a flote para el futuro inmediato incierto. ¿Pero y después? Mientras los políticos hablan de vender Alitalia, la pregunta es, ¿quién la querrá comprar? Si Etihad, con toda su capacidad financiera y de gestión, no ha podido revertir todas esas pérdidas interminables y renovar su modelo de negocio poco competitivo, ¿quién podrá hacerlo?
Pero no es sólo la caída política que se avecina. Hay consecuencias de gran alcance para la economía italiana en general si Alitalia desaparece. Considere el impacto financiero que podrian incluso suponer ¿aumentar los impuestos? Algunos de ustedes recuerdan que el gobierno italiano, en enero del año pasado, elevó los impuestos aéreos para ayudar a poder hacer caja para los despidos de los pilotos en Alitalia. La medida fue rápidamente suspendida cuando la irlandesa LCC Ryanair, irónicamente la mayor compañía nacional de Italia por capacidad de asientos, flexionó sus músculos y amenazó con cerrar bases y reducir los vuelos si el incremento que querían las autoridades italianas se aplicaba. Todo volvió a la normalidad ante tan feroz amenaza.
Lo extraño a destacar es que, a pesar de los problemas inherentes que la inversión presenta en las compañías italianas, el atractivo del mercado del país sigue siendo tan fuerte que muchos están dispuestos a asumir el riesgo. Mientras que todo el polvo y las consecuencias del desastre de Alitalia se asientan, Qatar Airways-Meridiana un nuevo experimento, avanza. El acuerdo que otorgaba a los qataris una participación del 49% en Aqa Holdings (el 51% restante de la Fundación Aga Khan) debía haber sido firmado la semana pasada pero, según un comunicado de la compañía, fue pospuesto a esta semana citando asuntos internos. Aun recuerdo cuando Giusepe Gentille tenía junto con su compañía Air Italy el 40% de Meridiana. Los sindicatos llaman al Sr Gentile el "Caballero de Negro"; por como vestía y por sus duras negociaciones con ellos, al final un fiasco como siempre. Afortunadamente el Sr Gentille se retiró a tiempo y al final ganó dinero con la operación de venta en su relación con Meridiana.
Estos son los lodos de los gestores tanto de Alitalia, como de Air Berlín, con su famoso Hub de Palma de Mallorca. ¿Dónde están ahora esos prestigiosos personajes?; en un dorado retiro, muy merecido.
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