Hoy se ha roto el cordón que me unía atado a esta loca aviación, y que también me unía a la industria del transporte aéreo en general. Ha muerto no un amigo, pues no puedo decir que fuéramos amigos; era mucho más. Fue el hombre que creó Air Europa, que creó el concepto Air Europa, en Alemania, Escandinavia, Italia, Inglaterra, España, y que quería ver sus aviones por toda Europa. La figura del mundo turístico más importante que he conocido, en todos sus aspectos.
Jamás a nivel personal he escrito sobre su persona, nunca, a pesar de mi admiración.
Era mi presidente, el presidente del grupo turístico Internacional Leisure Group, un visionario.
Pero permítanme que haga algo de historia. Después de mi paso por la compañía Hispania, Harry Goodman me llamó para que fuera a visitarle a Londres. Una vez allí me explicó su idea de crear Air Europa en España. Y paulatinamente ir creando Air Europa por el resto de países de nuestro entorno, para llegar a crear lo que él llamaba Airlines of Europe. Me entusiasmó la idea y me puse manos a la obra al regresar a España. El resto de la historia muchos la conocen y a estas alturas no tiene ya mayor importancia, salvo para aquellos que le queríamos , le respetábamos, y admirábamos.
Yo siempre le llamé el hombre de “mírame a los ojos”: cuando despachábamos asuntos de gran calado tanto económico o de expansión me decía , después de dejar el estudio sobre la materia en el suelo educadamente, aunque con una sonrisa no exenta de sorna cariñosa: "Todo está muy bien probablemente Tomas. Sabes que no lo voy a leer pero mírame a los ojos y dime que esto es así como dices”.
No he conocido en mis años de vida profesional un presidente como él, ni creo que lo haya hoy ni después; fue único. Me dejó trabajar durante cinco años con total libertad, absoluta libertad. Gracias Harry por tu confianza en mi persona.
Todo lo que he sido en esta vida profesional te lo debo a tí.
Pero voy a dejar de ensalzar a una persona fallecida porque no quiero caer en la falacia de la humanidad de las buenas palabras cuando uno no esta ya entre nosotros
Quisiera dedicarle un pequeño poema de Cristina Rossetti, si me lo permiten:
¿Va cuesta arriba todo este camino?
Hasta el mismo final.
¿Llevará la jornada el día entero?
Desde el alba a la noche, amigo mío.
¿Y ofrecerá en la noche un lugar de descanso?
Encontrarás un techo para las lentas, las oscuras horas.
¿Y si no puedo verlo entre tantas tinieblas?
Esa es posada que nadie pierde.
¿Hallaré otros viajeros cuando llegue la noche?
Aquellos que te fueron por delante.
¿Golpearé la aldaba, daré voces al verla?
No se trata de puerta que haga esperar a nadie.
Dolorido y cansado, ¿encontraré cobijo?
Allí estará el final de todos tus trabajos.
Todos los que buscamos, ¿tendremos allí lecho?
Si; todos los que lleguen encontrarán su cama.
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