Utilizo las palabras Fox y Tango, porque reflejan sencillamente cómo está la aeronáutica en nuestro entorno, para bailar cualquiera de las dos piezas.
En el argot aéreo Fox es por la” F y Tango es por la “T” pero, ¿qué quieren que les diga? Me gustan estas palabras, porque ambas dan nombre a dos bailes de salón: el Fox-Trot, o lo que es lo mismo” trote del zorro”, y el tango, que no voy a venir a descubrirles lo que es.
En este loco mundo de la aviación, si Dios hubiera querido o deseado que voláramos, nunca hubiera permitido que se construyera la primera máquina de tren a vapor. Y estoy seguro de que, si hubiera deseado que voláramos, nos habría hecho más fácil llegar al aeropuerto y pasar el control de seguridad, como pasamos de la tierra al cielo.
Casi todos los que conozco están de alguna forma cabreados con Ryanair, porque le dan subvenciones, porque hoy las coge y mañana, como no hay de qué mamar, se marcha del lugar.
Lo que no me parece serio, pero en cambio sí gracioso, fue lo escuchado en un avión y así lo relato. Después del aterrizaje y por megafonía se oyeron las siguientes palabras: “Señoras y caballeros, bienvenidos a Manchester. Esperamos que hayan disfrutado de su vuelo y gracias por volar con EasyJet.
Si, por el contrario, el vuelo no ha sido de su agrado, muchas gracias por volar con Ryanair”. Y es que todas se las dan a la misma empresa.
El hecho es que el transporte aéreo mundial está convulso. Fíjense a qué extremo llegan las cosas que dos compañías aéreas decidieron, la primera, contratar a caballeros para convertirlos en pilotos y, la segunda, contratar a pilotos para convertirlos en caballeros. Al día de hoy puedo decirles, por si estaban interesados en el resultado, que ninguna de las dos ha tenido éxito en semejante iniciativa. Lógico, pues, que se oigan por megafonía comentarios como el antes mencionado, sobre todo si tiene uno a un patrón como el de Ryanair.
En estos años viviendo en este turbulento y truculento sector siempre me he preguntado algunas cosas como, por ejemplo, - no sé si a ustedes les pasa lo mismo- si las cajas negras son indestructibles, por qué no construyen el avión enteramente del mismo material.
Lo que sé he aprendido es que los despegues son opcionales. En cambio, los aterrizajes son mandatarios. Volar para mí creo que es la segunda gran emoción de un hombre, la primera sin duda es aterrizar.
En fin, estamos en buenas manos. Cada vez que subo a bordo de un avión y veo estos pilotos peinando canas, me recuerda el dicho de que “hay pilotos viejos y pilotos atrevidos, pero seguro que lo que no hay son pilotos atrevidos viejos”.
Efectivamente, Tomás. Estamos cabreados con las subvenciones de Ryanair pero además estamos cabreados porque las empresas estatales cuando dan beneficios, las privaticen colocando en sus consejos de Administración gentuza de otros sectores.