La aviación es un negocio podrido y sucio. Son palabras del CEO de American Airlines, similares a las que un día dijo Sir Freddy Laker que comentó que había que "Sue the Bastards", que lo habían llevado a la quiebra.
¿Qué tiene la aviación que grandes personajes puedan llegar a calificarla de un negocio sucio? Pues tienen razón y la han tenido aunque alguno ya no esté entre nosotros.
La aviación ha conseguido un gran hito en la seguridad, gracias a los fabricantes de aviones, pilotos y un largo y extenso número de personas que están muchas veces detrás del telón de lo que ven los pasajeros. Pero hoy business es business, todo circula alrededor de los números y su rentabilidad.
Cada día hay tripulaciones más cansadas y peor pagadas o en condiciones de contratos, que se formalizan en base a los costes. Todo es negocio. Pero no solo pilotos, vean en que situación está el personal de tierra ya sea cargando maletas o atendiéndole en el aeropuerto y dándole su tarjeta de embarque, sus condiciones laborales son lamentables.
La desaparición de compañías aéreas en muchos casos no es más que una ambición desmedida de los propios consejos de administración. Los CEO cometen errores como todo ser humano pero su lucha por mantener la batalla diaria contra la competencia, se ve muchas veces entorpecida por sus propios consejos de administración que quieren más.
Recuerdo con meridiana claridad en una compañía aérea que estuve dirigiendo que en un consejo se me solicitó que del beneficio que se había conseguido ese año se repartiera entre los consejeros. Cuando manifesté que no podíamos continuar en esa línea uno de los consejeros se levantó, me golpeó en el pecho y llegó a romper con el golpe el respaldo de la silla en la que me hallaba sentado.
Aunque el ciudadano medio considere los viajes en avión como una parte más de su rutina, ya casi tan habitual como viajar en autobús o en tren, la responsabilidad de pilotos y controladores aéreos sigue siendo la misma.
Muchos de los que se han ido dejando caer a sus empresas, se fueron con los bolsillos llenos y siguen ahí, como me decía uno recientemente "viviendo la vida y disfrutando de ella". Yo creo que los que tiene como lema "todo es negocio", es gente que de pequeños, siendo niños jamás fueron acariciados.
Mientras unos se han ido de rositas, otros hemos pagado un precio muy alto por haber estado en primera línea.
Definitivamente este negocio en los últimos quince años está podrido y sucio.
Estimado Tomas,
Acabas de describir el funcionamiento de la compañía Plus Ultra. Dirigentes inútiles que se pasan la leyes por el arco del triunfo.Pagan tarde, reducen salarios, nos obligan a pasarnos de actividad y por si fuera poco ahora nos obligan a coger una excedencia voluntaria de 2 mese para que les salga las cuentas. Ya sabéis lo que pasa si dices que no, verdad?
Julio Martinez no sabe dirigir una compañía y está demostrado lo que todo el sector sabe. Es incapaz. El mantenimiento es otro capítulo pero, para que aburrir más.
Hemos venido a dar en una guerra permanente de precios. Para mantener -y peor si se aumentan - las ganancias, se comprimen los costes. Al final de esta carrera nos encontraremos que sólo subsiste un oligopolio que subirá precios sin contestación. O bien sólo viajarán los que quieran correr en un ejercicio de multiriesgos sin cuento.
totalmente de acuerdo. mucho bajar el coste pero la burra ya no da mas leche. tripulaciones con la mínima requerida, te miran mal si dices que estás fatigado, 900 horas de vuelo y limpia que te limpia los aviones.
La culpa no la tengo yo. El abogado y El Niño son los que deciden.