Viajar en avión es tan común hoy en día como el ir en coche o en tren o al “súper”, pero NO es lo mismo. Se confunde la realidad de estar en el agua, en el aire o en tierra firme. La “costumbre” o la “rutina” diaria nos lo hacen creer, hasta que pasa algo como un accidente mortal que nos “sacude” los sentimientos y nos empezamos a hacer las mismas preguntas de siempre hasta que, con el tiempo, nos “acostumbramos” y nos volvemos a adormecer en la comodidad de nuestra rutina diaria. Hasta la próxima, claro. Es la fragilidad de la memoria.
Los accidentes aéreos del último año nos han producido a todos esos sentimientos de dolor por todas sus víctimas, tripulantes y pasajeros e incredulidad propios de unos hechos que nos sacan, que nos remecen de nuestra cómoda rutina diaria y a todos nos da por pensar que podíamos haber sido nosotros quienes íbamos en ese vuelo. Esto no impide que nos pueda suceder en otro momento en el futuro en el que sí estemos físicamente y nos convirtamos en víctimas.
Accidentes siempre ha habido, y habrá. Lo triste, es que haya accidentes que se puedan evitar y no se eviten por codicia y egoísmo, por fanatismo al Dios Dinero sin importar sus consecuencias, lo que incluye posibles “errores militares” o de espionaje entre otros. Pero especular, es tan gratuito como inútil. La VERDAD, es mantenida oculta.
Si todos ellos se ponen de acuerdo, léase “versión oficial” en la mentira que transmiten y en repetirla hasta la saciedad, la sociedad termina por creérsela y con el tiempo la acepta y luego la olvida, pero los hechos no dejan de serlo por eso.
Culpar a un muerto siempre es fácil; responsabilizarlo, es rentable.
Pero poner “soluciones” inútiles a posteriori es cínico y desvergonzado cuando se han saltado, solo por codicia y/o incompetencia todas las normativas y las “barreras” establecidas escritas y vigentes para impedir que personas no capacitadas intelectual, física o psíquicamente ocupen puestos de responsabilidad.
TODOS estos aviones, llevan incorporado un sistema de comunicaciones ACARS y de CPDLC, que desde que se ponen en marcha los motores para iniciar el rodaje y despegue hasta que éstos se apagan al terminar el vuelo y llegar al parking para el desembarque, están enviando todos los datos del vuelo y los parámetros de motores, sistemas, indicaciones, fallos, alarmas y posición actualizada por GPS y por satélite tanto a las propias compañías como a las fábricas de Airbus y de Boeing en tiempo real.
Nadie, ni Alemania, ni Francia, ni España, ni USA, ni Airbus o Boeing han facilitado esa información, al igual que no lo hicieron con el accidente del A330 de Air France, el B-777 “perdido” y otros muchos más. A partir de aquí, que pase el tiempo que lo borra todo y que cada uno saque sus propias conclusiones.
Ninguna compañía de seguros cubre terrorismo, desastres naturales ni suicidio a particulares, sin embargo, dos compañías de aviación y al menos una de seguros, se han puesto de acuerdo para indemnizar a los familiares, ¿o para cubrir sus Irresponsabilidades ante la opinión pública?
Solamente añadir que si existen aplicaciones de los móviles que te permiten ver, en tiempo real, la situación de cualquier vuelo y su posición, ¿cómo es que los responsables de los Gobiernos, las compañías y las fábricas no saben nada? ¿Es que las “cajas naranja” no encontradas proporcionan información que ya no tengan? ¿O es para ganar tiempo para decidir la “estrategia” oportuna?
El MIEDO o la desconfianza a volar de muchos pilotos después de un hecho semejante podría parecernos “normal”. Sobre todo después de saber o “refrescar” el saber o tomar conciencia de que te puedes matar estrellándote contra el mar o contra el suelo a una velocidad vertiginosa y que la pieza más grande que se encuentre no sea mayor a cuatro metros. Ni que decir de ti.
La realidad, es que desde hace muchos años, y el tiempo que pasa nos acostumbra y adormece, se vienen realizando políticas de recortes en todo el mundo, pero claro, NO es lo mismo “RECORTAR” que “CORTAR”. ¿Dónde está el límite? Pongamos un ejemplo: nos recortamos las uñas, pero ¿hasta dónde? Todos sabemos que hasta donde empieza la piel. Ese es el límite para alguien normal porque después te haces sangre, pero no para las empresas. Ellos eliminan la palabra cortar y siguen “recortando” las uñas de los demás, las falanges de los demás, los metatarsianos, los cúbitos y radios y hasta los húmeros de los demás y lo siguen llamando “recortes” porque la sangre que sale y se derrama no es la suya.
Pues ésta es una de las muchas consecuencias de dichos recortes en beneficio propio. No es lo mismo recortar por la crisis impuesta nuestro presupuesto alimentario, de vestido o vacacional doméstico, o en gastos superfluos, que en el indispensable equipamiento de un quirófano donde peligra la vida de un paciente, en la seguridad de un barco o de un avión donde peligran muchas más vidas, y no solo de las que están a bordo. Esto también se ha recortado utilizando argumentos torticeros y egoístas. Se juega impunemente con la vida del “ganado” para obtener los mayores beneficios y recortando costes utilizando todos los medios a su alcance para ello. Reglas del mercado lo llaman. Hay que ser cínicos.
¿Por qué tienen miedo los pilotos a volar después de un accidente como éste y se cancelan vuelos ocasionando perjuicios y pérdidas a usuarios y compañías? Muy fácil: porque tienen miedo o desconfianza de sus responsables, de sus presiones y amenazas.
Y ¿por qué tienen miedo? Pues porque uno teme lo que desconoce, sobre todo si te puede matar, y esto nos lleva a continuar preguntándonos: ¿Por qué no saben lo que se supone que deben saber unos profesionales?
Pues por todo lo expuesto, por las políticas intencionadamente erróneas de recortes, presiones y amenazas en pro de pingues beneficios económicos para unos pocos basándose en las estadísticas y argumentos egoístas y taimados que consideran más valiosa su devoción a SU Dios que la vida de sus empleados, clientes o conciudadanos.
Las empresas de aviación llevan años con ésta dinámica, y también en España, donde no se cumple la legalidad ni se respeta la ley ni las sentencias judiciales o se las “interpreta” a conveniencia, y adolecen, y no casualmente, de una Inspección REAL y EFICIENTE por parte de quien se supone las debe ejercer. Pero una cosa es “Recortar” en la comida del pasaje, incluso quitarles o cobrarles la comida a los pilotos aunque trabajen más de 14 horas al día atados a sus asientos dentro de un “tubo”, o recortarle sus salarios unilateralmente, cosa que se hace hoy en día para reducir costes como dicen, y otra quitarles incluso el descanso necesario para extender sus máximos de actividad en vuelos largos requeridos por Ley y basados en la Seguridad Aérea para poder realizar con seguridad una aproximación y un aterrizaje en aeropuertos lejanos muchas veces con malas condiciones meteorológicas que causan congelamiento, causando posibles fallos en los sistemas de control del avión, volando de noche, con reducida visibilidad o sobre terrenos abruptos en los momentos más delicados y que requieren de toda su atención, entrenamiento y capacidad. NO es lo mismo.
Lo Importante no son los hechos ni las realidades. Hoy, lo Importante son las apariencias.
Cuando se corta, llamémoslo por su nombre, en seguridad, en la instrucción, en la capacidad y experiencia profesional, por “ahorrar” o ganar más dinero, pasan cosas para las que, la mayoría de los profesionales modernos no están convenientemente instruidos ni preparados y lamentablemente pasan éstas cosas que, de ser serios, coherentes y responsables, no ocurrirían.
Vista la actitud de nuestros políticos locales, europeos y mundiales, no parece que se consiga tal objetivo por lógico y evidente que sea. La codicia puede más que la razón. Tal vez haya que buscar otras alternativas que se me escapan y que no sea la de afrontar las cosas con sensatez, honestidad, realismo y eficiencia, teniendo en cuenta que por esa codicia peligran, muchas veces sin necesidad, las vidas de nuestros seres más queridos y solo queda pedirles a todos ellos que se aseguren bien de todo antes de emprender cualquier viaje, en cualquier medio, para que puedan llegar sanos y salvos a sus destinos, que es lo que queremos.
Excelente articulo Sr Cano
Un saludo
Así como le he criticado en alguna ocasión,debo reconocer que ha escrito un muy buen artículo.
Gracias por decir las cosas como son.
Gracias Sr. Cano por abrir los ojos a la Sociedad; porque este es un ejemplo concreto de este sector, pero pasa lamentablemente en el resto. Empresarios desalmados el busca de beneficios, Jueces y Políticos que no toman cartas en el asunto. Por desgracia es lo que nos toca vivir y denunciar para que nadie nos haga caso. Pero que no nos tomen por tontos, que sepan de nuestro desacuerdo y nuestro descontento -ojala no les toque en sus carnes-
Saludos
Supongo que con este artículo puedo ir directamente a la fiscalía o al juzgado de guardia. No por el Sr. Cano, sino por la denuncia de delitos fragantes. El Sr. Cano tiene razón y el artículo no tiene desperdicio. Y no solo ocurre en aviación: Ocurre en todos los sectores y en todos los niveles, desde MAC comidas hasta MAC aviones. Pero no, no puedo. Ni mucho menos, ni se me ocurra, ni miejita. Pero no por el Sr. Cano., que no ha hecho mas que decir la verdad. Y yo voy a decir otra: Esos intereses lo compran todo, todo. Si, si, a mi también. Y a ti, capullo, que dices que no, también te comprarían. Jódete y baila. Bienvenido al mundo real, matrix. Y a los pocos que no pueden comprar, o los eliminan virtualmente (los arruinan, los vilipendian, no publican sus comentarios, etc) denostan su imagen. Y los borregos caen en red (nunca mejor dicho) a patadas., o los eliminan eficazmente. Si, si, matrix, Si. Es así. La culpa es nuestra, tambien mi culpa y del Sr. Cano, que tiene bastante más información sobre el mundo que yo. Todos nos quejamos, yo, quizá más que otros, pero no ponemos nuestro granito de arena. O quizá si, denunciando públicamente los abusos. Quien sabe. De cualquier forma, somos solo molestos dentro de un nivel aceptable. Alguien se tiene que quejar.
Últimamente me acuerdo mucho de Kennedy que en una ocasión dijo "todos somos clientes"
Imaginémonos que el nieto de Blesa viajase en el avión de Germanwings o bien que la hija de Winkelmann hubiera invertido toda su fortuna en preferentes de Bankia.
El caso es que los poderosos siempre piensan que los recortes no va con ellos, pero en el mundo low cost/low quality en el que nos quieren meter, al final la mediocridad se terminará imponiendo.
Ya se ha impuesto entre la clase directiva demostrado claramente porque no hay ninguna voz discordante a políticas suicidas, todas son acalladas con bonus.
Por supuesto que han conseguido a una clientela mediocre a la que se le ha acostumbrado a que como paga poco no puede exigir ¡pero si el precio lo ponéis vosotros, so mendrugos!
Y van camino de conseguir una raza humana mediocre... y ese será el fin de nuestra especie. Habremos dado la vuelta a la Teoría de la Evolución de Darwin.
En este artículo hay acusaciones muy graves contra autoridades de aviación civil y constructores ... ¿Hay pruebas o es conspiranoia? ¿Porqué no ir a un juzgado?
Repugnantemente verdad hasta la ultima coma.