Hidalgo: tocar la gloria tras la polémica Orizonia y esquivar la cárcel o una quiebra

La familia Hidalgo ha tocado la gloria con la histórica venta de Air Europa a Iberia por 1.000 millones en efectivo, y lo ha hecho después de vivir una última década que ha sido la más convulsa empresarial en casi medio siglo desde que en 1971 el patriarca, con treinta años, abrió su primera agencia de Halcón Viajes, germen de lo que luego fue Globalia tras constituir el turoperador Travelplan en 1998 y comprar su aerolínea en 1991.

Pero en estos pasados diez años, los Hidalgo han tenido que afrontar unas amenazas que difícilmente hubieran imaginado nunca. El estallido de la crisis en 2008 hizo tambalear a todos los gigantes turísticos españoles. Con más oferta que demanda, no había sitio para todos. Globalia se salvó, ya que antes, en 2010, cayó su rival más enconado, Marsans. Con su hueco pudo tomar un poco de aire, pero los nubarrones económicos no escampaban, y las cuentas seguían raquíticas.

En 2012 volvía a atisbarse el mismo escenario: demasiados gigantes emisores para una demanda menguante, también con el auge de las online. A finales de ese año, Barceló llegaba a un acuerdo para integrar Orizonia, lo que hubiera dejado a Globalia como el grupo turístico más débil. Ante ello, Hidalgo decidió reaccionar, en una operación express de compra para arrebatársela a su rival, anunciada casi en la medianoche de un domingo, tras firmar con Carlyle e ICG.

Entonces, todo el sector se preguntaba de dónde iba a sacar Hidalgo liquidez para reflotar a Orizonia, a diferencia de Barceló, con un músculo financiero mucho mayor gracias a sus hoteles. El patriarca logró apoyo del Banco Popular, su entidad de cabecera, pero muchos seguían dudando de que pudiera o incluso quisiera impulsar a Orizonia. Y en febrero se confirmaron las expectativas de los más malpensados, y quebraba Orizonia porque Globalia se negó a aportar más fondos.

La quiebra dejó deudas millonarias sin cobrar a los hoteleros mallorquines, quienes, muy enfadados, hicieron durante un buen tiempo el vacío a los Hidalgo por las dudas de su papel en este proceso. Pero no era esta soledad el único problema que afrontaba Globalia, pues se destapó entonces un caso que atemorizó a la familia al comenzarse una investigación por fraude con las subvenciones para el descuento de residente, con un riesgo penal.

Con la escena en mente de los dueños de Marsans en la cárcel, la prioridad de los Hidalgo fue esquivar la prisión, para lo cual no escatimaron todo el dinero que hiciera falta. Adelantaron una cantidad millonaria a la Justicia, y con una estrategia jurídica de negar cualquier mala intención, tuvieron la fortuna de ser un caso bastante inédito en el derecho mercantil de que la condenada por uno de los mayores fraudes al Estado español de la historia fuera una sociedad, sin responsabilidad alguna para sus propietarios a la vez que gestores.

El fraude a las arcas públicas se saldó también con una multa millonaria, de igual modo que Hacienda tenía a Globalia en la lupa por varios frentes. Tras descubrirse el pastel del descuento de residente, el grupo canceló el grueso de su patrocinios deportivos en Baleares y Canarias, pero les brotaron dos nuevos frentes delicados: los cerca de 200 millones retenidos Venezuela y la absorción del Banco Popular por su enemigo acérrimo, el Banco Santander, su gran acreedor.

En medio de estas amenazas para su negocio, el patriarca cedía el timón a su hijo Javier, que desde siempre había querido vender. Se quitó al Santander del accionariado para evitar cualquier opción de que el banco se acercara a una mayoría societaria si convirtiera deuda en capital, mientras al calor de la recuperación económica, y de su nueva flota de Dreamliners, la rentabilidad encadenó dos años repuntando, algo que no fue tan silenciado en la prensa como el resto de avatares de esta última década.

Pero tras vivir al filo de la navaja en estos años pasados, la familia Hidalgo ha tocado la gloria. Los contactos con Iberia e IAG para venderle Air Europa, como vino revelando preferente.com, se remontan a hace alrededor de un lustro, conscientes de que su aerolínea en solitario no tenía futuro, con bastante deuda empresarial y personal. “Y yo tengo más cojones que mis rivales”, ha proclamado el patriarca en alguna ocasión cuando se ha reunido con algún industrial extranjero. Un coraje que le ha llevado a traspasar ciertas líneas rojas que otros no se atrevían, y jugar con otras reglas, lo que, unido a su intuición única, le ha llevado a ser el mayor beneficiario de la transacción récord de toda la historia de la aviación española.