Las autoridades noruegas aseguran que el crucero nouego Viking Sky se quedó a tan sólo 100 metros de las rocas antes de que consiguiese encender un motor in extremis. En ese momento aún quedaban casi mil pasajeros a bordo después de que se evacuase a 460 mediante helicópteros.
Fue “un suceso extremadamente grave con un gran potencial para que se produjesen numerosos heridos y muertos”, dijo el comisario de policía Hans Vik, responsable del centro de socorro regional. Vik explicó que tras el fallo de los motores el barco fue empujado a sólo 100 metros de tierra. “Si hubiese chocado contra las rocas nos habríamos enfrentado a un grave desastre”. El Viking Sky logró encender un motor y estabilizarse tirando un ancla a cerca de dos kilómetros del litoral (Rescatan a 1.300 pasajeros de un crucero en Noruega por un fallo en los motores ).
El Viking Sky atracó este domingo por la tarde en Molde (oeste de Noruega), 26 horas después de lanzar un mensaje de alarma por un fallo en los motores que le dejó a merced de un fuerte oleaje, con 1.373 ocupantes, entre pasajeros y tripulación. Se puso en marcha una espectacular operación de rescate, movilizando a seis helicópteros que se turnaron para evacuar a 460 personas, algunas de noche, mientras el buque era azotado por olas de hasta 15 metros, informa La Vanguardia.
Veinticinco personas fueron hospitalizadas por fracturas de huesos, cortes o golpes. La mayoría de pasajeros eran jubilados, muchos británicos y estadounidenses. Vídeos grabados dentro del buque dan una dimensión del dramatismo vivido. Sillas, macetas de plantas y otros muebles resbalan por el suelo y chocan contra las paredes. Fragmentos del techo caen sobre los pasajeros, con chalecos salvavidas, mientras las olas rompen puertas y ventanas y el agua helada corre entre sus pies.
“Sentí que estaba en el Titanic”, relató a la televisión pública NRK el estadounidense Rodney Horgen, rescatado en helicóptero junto a su esposa. Horgen describió cómo un muro de agua entró en tromba tras derribar una pared de cristal. “Veinte o treinta personas fueron barridas delante de mí –explicó–. Yo estaba de pie, mi mujer sentada delante, y de repente desapareció”.
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