Agencias lamentan el inmovilismo de IATA tras 162 quiebras en 4 años

Más de 160 aerolíneas se han quedado por el camino desde el año 2019 y durante el azote de la pandemia. Así lo reflejan los últimos datos de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), con 59 quiebras en el periodo precovid, 53 en el 2020, 35 en 2021 y 15 en 2022. (El efecto de la pandemia: 86 quiebras aéreas en dos años)

La tendencia es claramente descendente, pero se ha puesto de manifiesto la existencia de normas obsoletas de cara a la protección de los pasajeros e intermediarios. Las agencias llevan años reclamando reglas que garanticen que la única culpable de una quiebra sea la propia compañía aérea, y que no deje cuentas pendientes para los demás actores involucrados en la compraventa de viajes.

Preguntado sobre este asunto, el presidente de CEAV, Carlos Garrido, lamenta que “son muchas las compañías aéreas que han ido desapareciendo en los últimos años, dejando cantidades a las agencias sin devolver". Califica como “muy grave” que “IATA se focalice solo en las garantías para la distribución pero que no sean bidireccionales y las agencias no contemos con esa seguridad y cobertura en caso de quiebra”. Considera que “es una situación desproporcionada que nos pone en situación de indefensión”.

De igual manera, otras asociaciones como ECTAA y Eu Travel Tech tampoco han cesado en su empeño en este sentido. En numerosas ocasiones se han dirigido a la Comisión Europea para que obligue a las aerolíneas a ofrecer garantías financieras que cubran sus responsabilidades frente a los pasajeros en caso de insolvencia. Recientemente apuntaban que “ni los clientes, ni las agencias de viajes deben responder de la mala gestión de las compañías”. (Frente común para luchar contra el efecto de las quiebras aéreas)

En los últimos años, dos escenarios han sido los más sonados en esta línea. El primero, la desaparición de Thomas Cook, que dejó a miles de hoteles, agencias, pasajeros, y un largo etcétera, en la estacada, sin poder recuperar su dinero. El segundo fue la pandemia, momento en el que los proveedores eran incapaces de reembolsar los vuelos cancelados por los confinamientos, obligando que muchas empresas tuviesen que poner dinero de su bolsillo para satisfacer a los consumidores.

IATA está manos a la obra

En este sentido, el pasado mes de agosto, IATA se comprometió a abordar, por fin, esta peligrosa problemática. Preferente avanzó que el potente lobby aéreo, que hasta ahora había obviado la problemática pese a las continuas quejas de las asociaciones de agencias, había creado un grupo de trabajo para analizar esta cuestión. (IATA reacciona después de 145 quiebras aéreas en tres años)

Miembros de la asociación están manteniendo reuniones con compañías aéreas con el propósito de mejorar el marco de gestión del riesgo tanto de clientes finales como de agencias de viajes. No obstante, las conversaciones se encuentran aún en una fase inicial y está por ver si llegan a buen puerto.

Un experto de IATA consultado por este periódico revelaba que “a nivel global se ha empezado a hablar de este tema, porque al final, cuando una aerolínea quiebra, además de perjudicar a los pasajeros y a las agencias, también va en contra de los intereses del resto de compañías que forman parte del lobby”.