El Gobierno de Canarias se reunió este lunes y no hizo nada importante, aunque sí muy efectivo de imagen: lanzó el proceso de consulta pública para una ley de Ordenación Sostenible del uso turístico de viviendas. O sea, nada relevante, excepto desde el punto de vista del marketing (Canarias regulará las viviendas turísticas a golpe de ley).
No está claro qué va a hacer el Gobierno canario porque se trata de un tema con muchos intereses en juego y ante el que Canarias quiere jugar sin perder votos. Por un lado están los ciudadanos, afectados por el aumento de los precios del alquiler y, por otro, los propietarios de viviendas que quieren seguir alquilando a turistas. Los dos intereses son contrarios y es allí donde ha de tomar partido el gobierno canario.
A partir de ahí, el Gobierno se ha enredado en decir que ha de ser una normativa que ponga de acuerdo a todo el mundo, que sea sostenible y que no imponga, lo cual es interesante pero imposible. Al final tiene que haber alguien que se sienta perdedor.
Ahora, cuando estas viviendas ya se han popularizado y se ha visto que afectan en poco a los hoteles, no existen graves problemas con las patronales. Pero subsiste el problema con los residentes y los precios de los alquileres.
En todo caso, la iniciativa posiciona muy bien a Jessica de León, la consejera de Turismo, que se ha demostrado hábil en el ejercicio del cargo, al menos en esta fase inicial del trámite.
Ahora toca recoger opiniones, en general conocidas, y elaborar un borrador que cuente con el mayor acuerdo. Una vez concluido se ha de remitir al Parlamento. En el mejor de los casos, la norma podría estar en vigor a finales de 2024.
Sin precedentes el gran problema que nos ha traido el alquiler vacacional cuando se permitió hace unos años la vivienda vacacional en Canarias, sin control y como todo normas poco claras. Han producido un nefasto problema de gentrificación que en muchos medios ni se menciona y se busca siempre minorar el impacto urbanístico y el caos de usos porque afecta a los intereses y reputación de algunos políticos y técnicos.