Ya es oficial: Boeing va a aumentar considerablemente la producción mensual de su avión estrella, el 737 Max, del que hasta ahora fabricaba apenas 31 unidades al mes. Pero la normalización de la demanda, el regreso de China al empleo del modelo y la aparente mejora del suministro, aconsejan aumentar la producción y aliviar la situación financiera del grupo, muy castigado en los últimos tres años por los problemas con este modelo, con el 787 y por el retraso del 777X (El Boeing 737 Max vuelve a reinar tras su lavado de cara).
Por otro lado, Boeing admite que está a un paso de conseguir la certificación del 737Max 7, la versión más pequeña de este modelo. “Estamos trabajando en algunas cuestiones referidas a la certificación que queremos que sean perfectas. Queremos que la FAA (la agencia americana encargada de la aviación) se sienta a gusto y le podamos dar tiempo para la revisión”, señaló un portavoz del fabricante.
Aunque no se sabe el plan en detalle, Boeing sí dice que en tres años debe fabricar 50 aviones al mes, empezando el incremento ya mismo.
La aprobación del 737Max 7 es importante en Estados Unidos porque hay un comprador relevante esperando la entrega: Southwest, la mayor low cost del mundo renueva su flota con ese modelo, del que ha pedido una cierta personalización, como también hizo Ryanair en Europa con los que ha comprado y que denomina 8200.
Los mercados, que en algún momento llegaron a temer por el futuro del fabricante americano, están recuperando la confianza en el valor, dado que las noticias que van llegando en los últimos meses son, en líneas generales, positivas. El 787 está funcionando bien, el 737 Max no ha vuelto a ocasionar quejas y parece que el 777X avanza, aunque con un retraso importante respecto de los planes iniciales (Boeing 777X: espectacular prueba de aceleración de la nueva joya del fabricante ).
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