Gabriele Burgio fue el hombre más importante de NH, la primera cadena hotelera urbana de España. Estuvo 14 años al frente de la compañía pero, finalmente, la crisis económica de 2008 y el pasivo descomunal que había acumulado la compañía provocaron su cese, con una indemnización de más de 6 millones de euros. Parecía el final de su carrera, o al menos el final en la primera línea del turismo.
Nada de eso: este mes Burgio ha culminado la primera etapa al frente del primer tour operador italiano, Alpitour, con una ampliación de capital de 120 millones de euros, de los cuales 40 de desembolso inmediato, que le permitirán afrontar un futuro expansivo como hacía años que no recordaba el mayorista. Es el segundo triunfo de Burgio, ahora en su país natal.
Alpitour es el primer mayorista italiano de viajes. Nació como una pequeña agencia de viajes fundada por Lorenzo Isoardi, en 1947, en la villa piamontesa de Cuneo, la tierra del vermouth. Se dedicaba inicialmente a vender viajes al santuario de Lourdes, en el sur de Francia. En los años sesenta, con el boom económico, Alpi crece, se extiende por todo el país, y se convierte en la agencia reina del 'todo incluido'. Lo mejor, sin embargo, estaba por llegar. Tiene lugar en 1992 cuando la familia Agnelli, los propietarios de Fiat, invierten en la compañía y se hacen con su control. Alpitour comprará así Francorosso, consolidando su liderazgo absoluto en el mercado de Italia.
En 2012, los Agnelli deciden dejar la empresa, que ya había llegado a vender mil millones de euros. En abril, venden la compañía a dos fondos de inversión y, tras una selección en la que se contemplaban tres candidatos, la nueva propiedad pone al frente a Gabriele Burgio, que acababa de abandonar involuntariamente NH: nueva propiedad, nueva dirección general, nueva estrategia.
Burgio toma las riendas de la compañía, se entera con precisión de sus puntos fuertes y sus puntos débiles y traza un plan: a partir del negocio de la tour operación, crear una cadena hotelera que atienda sobre todo al negocio propio –hoteles, la gran especialidad de Burgio– y potenciar la aerolínea propia, Neos.
Aparte de cuestiones menores, aunque significativas, como el traslado de la sede de la compañía de la lejana Cuneo a Turín, Burgio necesita dinero para fortalecer la estructura de su empresa. Y se lanza a la búsqueda de unos 40 millones de euros. El pasado mes de marzo, Burgio consiguió que un socio, Tamburi Investment. Tamburi, a través de la sociedad Asset Italia, no sólo suscribió los 40 millones de euros iniciales requeridos, sino que ha dicho que aportará hasta 120 millones de euros. O sea, mil caballos de potencia para el primer mayorista italiano. ¿Para qué?
Los planes son potentes: llevar Neos, la aerolínea, a China, con vuelos directos desde Italia, incrementando los viajes de sus clientes al extranjero; segundo, relanzar VOI hotels, la filial de alojamientos del grupo, que tiene por delante un plan de expansión muy grande pero que Burgio quiere que se base en la compra de productos accesibles de precio (acaba de comprar un hotel de cinco estrellas en Taormina) y, además, potenciar la apuesta digital de la empresa, con un nuevo portal que con el nombre Easybook –no será de color naranja, por supuesto– facilitará las compras a los clientes que quieran ir directamente al inventario de vacaciones, consultar el precio, sacar su tarjeta de crédito o de débito y pagarlas.
En otras palabras, Burgio, tras cinco años al frente de Alpitour, ha terminado de pergeñar un plan de futuro, ha obtenido los recursos para ponerlo en práctica y se prepara para afrontar unos años de expansión en los que terminará por crear una nueva empresa a partir de los cimientos conocidos. La nueva Alpitour será más internacional, más digital y tendrá más alojamientos propios.
Igualito que en España