China se abre al dinero extranjero en el turismo

El consejo de estado, el máximo órgano de gobierno de China, aprobó este sábado la liberalización de las inversiones extranjeras en el turismo y en los negocios vinculados con las residencias de la tercera edad, en un intento de relanzar un sector que lleva ahora más de dos años prácticamente paralizado (El delirio chino).

Los datos turísticos actualmente en China son desoladores: para la semana de oro, tradicionalmente un momento de máxima actividad, el movimiento de población previsto es muy bajo. El número de reservas hasta la fecha respecto a 2019 muestra una caída del 38 por ciento en los viajes y de más del 50 por ciento en la facturación. Aún peor es el desplome de entradas de extranjeros, pese incluso a la reciente apertura que reduce notablemente los confinamientos, aunque mantienen duras exigencias en el número de PCR a hacerse en los primeros días en el país.

Si bien China ha relajado mínimamente las medidas anticovid, aún es extremadamente arriesgado salir de casa para los propios residentes porque a nada que aparece un caso se produce el cierre total de una región, con la obligación de que quienes queden atrapados en el perímetro tengan que pagarse los costes de su estancia, sin posibilidad alguna de retornar a su lugar de origen mientras dura el confinamiento.

En ese clima, que no tiene visos de permitir una recuperación real de los viajes, el Gobierno ha pretendido enviar una señal a los inversores extranjeros para que apuesten por el país. Hasta ahora, las inversiones turísticas se tenían que llevar a cabo mediante inversores locales, lo que en la práctica limitaba notablemente la presencia de empresas de fuera.

No obstante, la medida adoptada este sábado, aún persisten algunas restricciones formales a las inversiones extranjeras, por categorías o territorios. Y, además, culturalmente por supuesto sigue siendo complejo adentrarse en el mundo económico chino.