Ryanair nació como una aerolínea simple. No ofrecía nada, pero no cobraba mucho. Y todo sencillo, operativo, rápido. Hasta que las cosas se empiezan a hacer grandes y se complican. Hoy, con sus últimas novedades en los embarques, aquello amenaza con convertirse en el camarote de los hermanos Marx.
Desde el 15 de enero, ya aplica una nueva política de maletas que un servidor comprobó en un viaje internacional. La decisión de Ryanair tiene pinta de tratarse de un error típico de compañía que está perdiendo su identidad, que se está burocratizando y haciéndose compleja. Es el precio de ser grande.
Probablemente, los ingresos económicos de la compañía estén aumentando porque en España, donde hasta ahora apenas entre un 5 y un 10 por ciento de los viajeros pagaba una cantidad adicional por el embarque “priority”, esta cifra ha subido hasta el 50 por ciento, con tal de poder llevar la maleta de mano en la cabina. Pero, en otros países europeos, donde ya antes casi la mitad de los pasajeros pagaba el “priority”, ahora prácticamente todo el avión paga el recargo, con lo que el invento se estropea: ¿qué prioridad puede tener un viajero cuando todo el avión tiene prioridad? Y ya no hay espacio para las maletas de mano a bordo, porque si todo el pasaje paga recargo, el espacio se agota y volvemos a la situación inicial, en la que muchas maletas había que enviarlas a bodega –con retrasos para el vuelo–, porque no cabían.
Sin embargo, los efectos imprevistos de la nueva política no acaban aquí. Como ocurría con los judíos en la Alemania Nazi, que tenían que ir señalados con un banda en los brazos, a la hora de embarcar un avión de Ryanair, una parte importante de los pasajeros lucen en sus maletas una etiqueta amarilla que significa que ellos no pagaron el recargo y, por lo tanto, son los apestados, los que subirán al avión después que los pudientes, cuyas sus maletas les serán retiradas al embarcar. Todo un espectáculo impresentable, inevitable cuando se ofrecen diversos tipos de servicio, pero manifiestamente desagradable en estos casos.
La cuestión también se complica para la compañía, que ha perdido el sentido de la simplicidad que la caracterizaba. Ahora, inevitablemente, el personal de embarques tiene que ir maleta por maleta comprobando si se ha pagado o no el recargo, poniendo las etiquetas, lo que hace que un embarque con solo dos empleados inviable en la media hora disponible. Peor, el personal de handling, que hasta ahora sólo tenía que subir las maletas facturadas a la bodega del avión y ocasionalmente alguna más que sobraba, ahora está en la puerta del avión, etiquetando de nuevo las maletas y bajándolas a bodega. Un incremento claro de plantilla que, en verano, cuando el tráfico aéreo aumente, provocará situaciones embarazosas en una aerolínea que todos sabemos qué poco motivada que tiene a su plantilla.
A bordo, la situación es absurda. Los pasajeros que pagaron el recargo, y que sí tienen derecho a llevarse con ellos la maleta de mano, buscan un hueco para poner su maleta, mientras que cómodos y relajados, los que no pagaron el recargo, se sientan encantados de la nueva política de Ryanair.
La idea de Ryanair, sin embargo, puede ser que funcione en Europa, pero no en España. En apenas dos semanas, ya hemos descubierto los trucos para burlar la norma: se trata de romper la etiqueta que nos ponen en el embarque y presentarse al avión sin el papelito. “No me etiquetaron”, decimos con cara de sorpresa, si es que alguien duda de que uno no sea pasajero “priority”. Los empleados de la compañía no tienen forma de comprobar nada, por lo que la maleta de mano viaja en cabina.
Cuando el embarque es a pie, por la escalerilla del avión, la compañía pone un carrito de las maletas a pie de escalerilla para que los pasajeros vayan dejando sus maletas etiquetadas. Pero, no hay forma de poder controlar que todos los pasajeros que tienen que dejarla lo hagan, de forma que los españoles –y probablemente también los de otras nacionalidades, que la picaresca no es un patrimonio nuestro– seguimos llevando la maleta en cabina.
Naturalmente, este carrito de maletas exige más recursos, complica las cosas, obliga a llenar la bodega unos minutos después de que suba el último pasajero. O sea, otra complicación.
Ryanair, en su ambición ilimitada por ingresos adicionales, castiga a los pasajeros a sentarse en el avión lejos de sus familiares y amigos. Lo cual crea un caos antes de partir porque, pese a que algunos sobrecargos y azafatas intentan impedirlo, todo el mundo empieza a gritar a sus amigos en la otra punta de avión para cambiar asientos con otros. Cambio de asientos, cambios de maletas, gente por el pasillo, imposible embarcar porque no hay quien llegue al asiento con estos movimientos.
Hay muchas maneras de complicar las cosas, pero Ryanair nos está enseñando una muy eficaz: la ambición por más y más dinero. Al final, terminarán perdiendo más de lo que quieren ganar.
Lo que sucede en esa compañía da para una larga serie de capítulos cómicos de TV.
Con lo necesitada que está la pequella pantalla de comicidad, lo que acontece a esta aérea es un filón (cambiando el nombre para evitar que vean un medio de aumentar ingresos)
Si es como cuenta, desde luego a Ryanair le puede salir cara la jugada. El problema empezó cuando permitieron dos bultos en cabina. Hasta entonces más o menos era controlable.
Decir que quiere ganar "más y más dinero" me parece de risa teniendo en cuenta los precios a los que vende sus billetes. Si no lo puede ganar de la venta de billetes y tampoco de otros servicios, ¿tiene que convertirse en una ONG?
a ver si nos enteramos. Esta politica de equipajes es solo un paso intermedio. Ryanair sabe que ese caos se va a producir. En cuanto llegue la temporada de verano, con la excusa de evitar el caos, obligaran a todos los pasajeros a pagar por facturar el trolley a la bodega desde la terminal. y subiran el precio del priority para llevarlos en cabina. a los pasajeros de Priority les pondran una etiqueta "cabin baggage" y quien no tenga la etiqueta en la puerta del avion se la cobraran a precio de oro. Sencillo. no?
Antes y ahora, para agilizar el embarque, una persona de handling va recorriendo hacia atrás, previo al iniciar el embarque, la fila chequeando los DNIs y marcándo la tarjeta de embarque , mientras te etiqueta la maleta. Nadie puede asegurar que el pasajero que embarca con la tarjeta marcada sea quien mostró el DNI al personal minutos antes. Si llevas la tarjeta de embarque en el móvil,te lo chequean en la puerta de embarque que es lo preceptivo. Pero por ahora, son minoria. ¿qué hace AESA con sus super auditorías una vez al año?NADA. No interesa ponerle trabas a esta cía pirata. Nos lleva de aviones subvencionados nuestra red de aeropuertos innecesarios.Los políticos locales, autonómicos y nacionales los necesitan. Ryanair lo sabe.
Sin pies ni cabeza. O sea como amebas. Asi es como los directivos esa empresa ven a los pasajeros. Cualquier cosa que digan sirve para ocultar sus verdaderas intenciones.
Cuando se atiborraban a subvenciones decian que era gracias a que los pasajeros subian las maletas en lugar de facturar los costes son mas bajos. Y las amebas lo creian.
Ahora dicen justo lo contrario. Y las amebas creen.
Nada se puede ante los adoradores del idolo de oro.
Que hay cancelaciones en cascada? Piojos en los aviones? Espacios infumables? Recargos por todos sitios? Situaciones denigrantes?
Da igual, tienen al cliente cautivadamente cautivo, fidelizado como nadie antes lo ha tenido.
La única esperanza es que mueran de éxito.
Las estructuras y burocracias que se generan de manera subsidiaria por el tamaño que logra conseguir una empresa, puede ser uno de estos motivos del morir de éxito.
Aunque son ya muchos años
Igual de cutre que cualquier compañía española o de fuera de España. Los embarques de Vueling, Iberia o Iberia Express no son mucho menos caóticos y estresantes. Hoy en día volar es lo más vulgar que hay, tanto como coger un tren o un autobús, es lo que sucede cuando algo se hace accesible a todo tipo de público. Usar como referencia el pasado para evaluar el presente en aviación es un error, pues el contexto ha cambiado completamente y para siempre. Y lo seguirá haciendo... Igual o peor que esto me parece que Air Europa, “socia” de Ryanair, y que presume de ser una compañía “tradicional” o full service, cobre desde hace años 3€ en turista por unos cutreauriculares para usar su desfasado sistema de entretenimiento a bordo en largo radio o 1€ por un vaso de refresco desbravado. El que quiera buen servicio, tranquilidad y cierta distinción, transporte privado. El resto, para bien o para mal, ya es todo de la masa y tan exlusivo como coger el metro.
cosa que no pasó en ningún otro lugar del europa. Se le permite todo. Quedarse corto de combustible, no atender llegadas, un mostrador de facturación para 189 pasajeros, que se apoderen de un pasillo alquilado para otra cía para desembarcar su llegada y poder ir preembarcando la salida en su puerta de embarque, que pidan los dnis en la fila y no en la puerta de embarque, que bajo la farsa de "embarque aleatorio" separen familias a propósito para hacer que paguen la elección de asiento. que tengas derecho a un equipaje de mano y que al final no sea de mano...¿a nadie le extraña que en el resto de europa opere en aeropuertos de segunda y tercera y en españa en los principales?¿por qué será? Aquí nuestros políticos vendieron nuestra alma al diablo irlandés. y con ella, nuestro futuro.
Cada vez la aviación comercial esta peor. Todas quieren dar un servicio exquisito pero en los aeropuertos (en tierra) es donde esta el fallo. Y no que sean sus trabajadores quien tenga la culpa ni mucho menos , sino en la organización de los mismos. En el antaño ya cuando sacabas la tarjeta de embarque sabías la puerta donde tenias que embarcar. Hoy en día facturas y tienes que esperar para saber en que puerta te ha tocado . Antes al menos te lo anunciaba por megafonía hoy búscate la vida en las pantallas o en los puntos de información que muchas veces ni saben en que puerta embarcas. Todo ha cambiado a peor, eso si con mejores precios pero peores servicios.
No es que me parezcan bien las medidas que ha tomado últimamente Ryanair, pero si tan desagradable es volar con esta compañia, la solución es fácil, volar con otra. Con pagar 4 ó 5 veces más lo que te cobra Ryanair solucionado.
Al que ha escrito el articulo, se os ve el plumero, no sere yo quien defienda a Ryanair pero madre mía, un buen articulo de difamación! Sino te gusta para que vuelas con ellos?
Digo lo mismo que el anterior, hay que hacer los deberes y saber de lo que se habla, en el resto de las compañías también separan a las familias. Hay en concreto una que quita las maletas a los del grupo uno que entran primero en el avión y no te quiero contar lo que dicen al entrar en el avión y ver los racks vacíos. En resumen te hubieras ahorrado el artículo todas son iguales, aunque hay que decir que los embarques en Ryanair son más ágiles, incluso con la nueva política, y te lo dice alguien que viaja mucho y se lo paga.
Todo tal como lo explicas, con una salvedad... Lo de "incrementar la plantilla... Jajajajajaja