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EDICIÓN ESPAÑA

LA CRONICA DEL FIN DE SEMANA

El impuesto al turismo, presentado sin argumentos

Baleares presenta la nueva tasa, dejando de lado una visión global de por qué, para qué y con qué objetivos se introduce
El nuevo impuesto ya no pretende, como hace una década, cumplir una función ambiental, despojado incluso de su nombre 'ecotasa'

Piden atrasar la ecotasa a final de 2016

Francamente, no creo que nadie crea sinceramente que Baleares vaya a perder turismo por cobrar dos euros diarios a cada visitante. Quienes hacen esta afirmación no pueden aportar ejemplos comparativos en los que fundamenten sus temores. Incluso más, de existir un viajero para quien pagar ese dinero fuera un obstáculo, creo que todos saldríamos ganando con su ausencia porque no parece que se trate del cliente que necesitamos.

 

Hoteles MagallufNo obstante, me parece que un impuesto es una intervención pública suficientemente importante que merece una explicación amplia sobre su justificación, objetivos y metas. Especialmente cuando afecta a la primera industria de Baleares y a uno de los puntares de la economía de España. Porque aquí no se trata de debatir los dos euros sino la figura en sí misma. Basta con un decreto para pasar a los diez o veinte euros. Por lo tanto, la clave es la explicación de la figura fiscal. Sin embargo, de la presentación llevada a cabo esta semana se deduce que este impuesto se ha concebido como una exhibición de músculo: la misma izquierda que lo quiso implantar hace más de una década, quiere saberse a sí misma suficientemente fuerte como para imponerlo ante el que se considera el primer poder fáctico de las islas Baleares, los hoteleros.

 

Por eso, probablemente, en esta ocasión casi no ha habido una argumentación de fondo sobre las razones del impuesto que ni siquiera se presenta ya como una tasa ambiental, pensada para compensar el impacto que el turismo tiene sobre el entorno. Tampoco se ha explicado con claridad qué se hará con esos recursos, ni qué función social tendrá. Ha habido algunas ideas generales, pero faltan detalles, prioridades, cuantificaciones. Simplemente parece que basta con demostrar que se es capaz de implantarlo. Es como si el impuesto se hubiera convertido en una especie de desafío de la izquierda ante sí misma, más que ante la sociedad.

 

Aunque dos euros es una cantidad mínima, la introducción de un impuesto en una actividad que es totalmente clave para la economía de las Baleares hubiera exigido un razonamiento más amplio sobre qué se pretende para este sector, qué ideas se tienen, cómo se imagina el Govern esta actividad en el futuro. Era un pretexto excelente e, incluso más, probablemente hubiera sido una justificación.

 

Los políticos de Baleares, de todos los partidos, están actuando como si el turismo en las costas españolas del Mediterráneo fuera eterno. Es verdad que tras unos amagos de crisis hace una década, los sucesos del Magreb han devuelto la confianza a nuestro negocio vacacional, haciéndole pensar que es eterno, indestructible. Que da igual cuántos impuestos apliquemos, siempre sobrevivirá.

 

Pero no es así. El turismo requiere de gestores, de planificación, de visión de futuro. ¿Cuál es esa visión? El nuevo impuesto era una ocasión excelente para exponerla en detalle. Porque los ciudadanos tienen motivos para dudar sobre la coherencia de la visión que tienen los gobiernos, especialmente en el caso de este pacto de izquierdas de Baleares. Sin ir más lejos, los partidos que conforman la actual mayoría han dado notables bandazos en materia turística. No hace tanto que algunos de los que hoy son gobierno decían que necesitábamos menos turistas; otros proponían algo tan irreal como una especie de tour operador público, mientras que también se barajó la idea de una aerolínea pública, afortunadamente archivada sine die.

 

¿Qué se pretende hacer en turismo en el futuro? En Ibiza, por ejemplo, se acaba de perder una inversión de 160 millones de euros para potenciar la marca Usuahia, propiedad del empresario Abel Matutes, tradicionalmente 'bestia negra' de la izquierda y, al parecer, en la última legislatura también de la derecha. ¿Por qué se puede construir el hotel Hyatt de Capdepera, sobre una falda virgen de una montaña, y no el complejo de Playa d'en Bossa, en terrenos de escaso valor ambiental, en todo caso de menor interés que los de Canyamel? ¿Pretendemos tener menos turistas durante más meses al año? ¿Si esto fuera así, qué vamos a hacer con las viviendas vacacionales, que son un desafío frontal al modelo de poco crecimiento que habíamos mantenido en los últimos quince años?

 

El futuro de nuestra primera industria pasa por la gestión, especialmente de los recursos públicos. En este sentido, las zonas turísticas son un ejemplo de falta de mantenimiento. Inversiones nuevas, las que haga falta; mantenimiento, ni siquiera al día siguiente de inaugurar las obras. ¿Qué imagen queremos proyectar? ¿Baleares pretende ser un destino juvenil, familiar o de todo un poco? ¿Vamos a los segmentos más caros –como podría sugerir este impuesto– o, por el contrario, vamos a una oferta popular? ¿La promoción está diseñada de acuerdo con esas estrategias, si es que existe tanto el diseño como las estrategias?

 

Hace ya décadas que oímos los mismos mensajes: desestacionalización, turismo de calidad, oferta cultural, etcétera. No es necesario repetir lo mismo, sino conocer cómo se piensa llegar a estos objetivos. ¿Este impuesto va dirigido a este objetivo?

 

Estos días la presidenta y el vicepresidente del Gobierno balear presentaron el impuesto, pero su historia pareció estar inspirada por la idea de “lo hemos logrado; los hoteleros tendrán que aceptar este impuesto”. De los ciudadanos, de lo que pretenden con la que es la primera industria de Baleares, prácticamente ni palabra.


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    5 Comments
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    diego
    9 años

    Hablo como persona normal que paga sus impuestos...la mayoria de la poblacion balear esta de acuerdo con una tasa turística, pero no que la paguen los residentes, otra cosa que yo no veo bien es que turistan que nos visiten y se alojen en apartamentos no reglados...esos no pagaran, pero visto los lumbreras que nos gobiernan quieren cobrar a los turistas de horas de los cruceros (gran cagada) la mitad ni bajaran...como dices esta hecho digamos que muy chapuceramente...

    Roma
    9 años

    En la mismisima roma, se pagan 4 euros por pernocta y pax (8 por hab doble/Dia) y no pass nada

    diego
    9 años

    Roma...cuando llegue mayo y te vayas un finde Alcudia..no te olvides de pagar tu taxa...yo se lo recordare a los enfermos de menorca que tienes que venir a palma y hospedarse en un hotel.

    No se puede despellejar mas
    9 años

    que ya los turistas pagan cuando se alojan.Que junto con el precio de la habitacion ya estan cobrando el impuesto.
    Por que hay que cobrar,despellajar al turista?
    El turista consume,gasta compras,alquila coches,en fin deja una suma de dinero, Hay que sacarle mas todavia?
    quien se cree que ese dinero van a hacer buen uso y destinarlo apropiadamente?

    manuel
    9 años

    Esta claro, que por cobrar la tasa turistica, a corto plazo no van a dejar de venir turistas a Baleares, pero también esta claro, que esta medida, lo único que hace es perjudicar nuestra capacidad de competir a medio y largo plazo , y eso es enormemente perjudicial para todos los ciudadanos.
    Por otra parte señalar, que el conjunto del sector turístico Balear, recauda, entre impuestos, tasas y canones, 2.200 millones de euros , CADA AÑO, y eso lo pagan los turistas, no es suficiente aportación ¿?, no será que tenemos unos gobernantes que lo único que saben es gastar y subir impuestos ¿?

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