Con mucha diferencia sobre los demás, en los meses de verano, el primer aeropuerto para los vuelos turísticos europeos es Mallorca. La mayor parte de las compañías especializadas vuelan varias veces al día a la capital balear, lo que situa a la mayor de las Baleares en un lugar remarcable en el mercado. En segundo lugar quedan Faro, Alicante o Málaga y más atrás aún otras islas. Canarias, como se sabe, vive su momento de más demanda en el invierno peninsular.
En cambio, en los meses de invierno, Mallorca virtualmente desaparece el mapa de las líneas aéreas. En enero no queda ni un vuelo a destinos como Manchester o Glasgow. Ciertas compañías, incluso algunas de éxito, suspenden totalmente sus vuelos varios meses. Londres sobrevive con un vuelo diario, que contrasta espectacularmente con los más de diez que tiene en verano. El escaso tráfico que sobrevive en el aeropuerto mallorquín se debe a que Air Berlín hace un esfuerzo para mantener lo esencial de sus conexiones, pese a que la isla parece estar en hibernación. En cambio Alicante no tiene una caída tan acusada.
¿Por qué razón Alicante y Palma de Mallorca tienen comportamientos tan dispares? ¿Qué hace que Málaga, Faro o la costa alicantina tengan en invierno la vida turística que parece perder Mallorca? ¿Es que el clima se diferencia tan radicalmente?
Obviamente, esto último no es un obstáculo. Mallorca goza de un clima invernal que es similar al de Alicante, al de Málaga y al de Faro. Las temperaturas son bajas, pero nunca comparables con las del norte de Europa. Y las diferencias con la península son, en todo caso, inapreciables.
Un motivo que puede explicar parcialmente esta situación es que en Mallorca no se ha desarrollado tanto el turismo residencial, como sí ha ocurrido en Málaga y Alicante. Aunque en Mallorca hay muchos residentes europeos, la realidad de la costa alicantina y la del Sol es mucho más relevante. Pero no explica tal parálisis invernal en Mallorca. Y sobre todo no explica tantos años de fracaso en el intento de reconstruir el turismo de invierno.
La isla, que en otros momentos pasado tenía cierta actividad, que en algunas zonas llegó a presentar ocupaciones invernales aceptables, ha dejado que su temporada se reduzca a siete meses. Prácticamente es una norma que desde el 1 de noviembre hasta el 1 de abril, todo esté muerto, cerrado a cal y canto. Una mortalidad que se contagia a toda la actividad con relación con el turismo, provocando tremendas disfunciones.
Es elemental que las posibilidades de negocio en los meses invernales son importantes, porque hay dos costes que serían bajísimos si se mantuviera la actividad: el del inmobilizado y el de la mano de obra. Los edificios y las inversiones para operar están, por lo que abrir no tiene coste alguno. El espectáculo de casi medio millón de plazas de alojamiento cerradas todo el invierno es desolador: una inversión improductiva durante años y años, sin que nadie parezca preocuparse.
Lo mismo sucede con la mano de obra, aunque esto exige más matices y explicaciones. Los trabajadores del turismo, en su gran mayoría, se mantienen cobrando en invierno un subsidio de paro que paga el Estado. Ese subsidio tiene un coste muy elevado para el país y es resultado de aplicar una figura atípica, que es la del fijo discontinuo. El turismo emplea un trabajador durante siete u ocho meses, el cual cobra del paro durante el resto del tiempo. Estos costes que paga el Estado son habitualmente ignorados, aunque el país los tiene que asumir. Si ese mismo subsidio se convirtiera en salario, porque el hotel estuviera abierto, estaríamos ahorrando enormes cantidades de dinero al Estado. Los hoteles, naturalmente, tendrían que obtener los ingresos que justifiquen estas nóminas, pero el conjunto de la economía tendría un gran ahorro.
¿A quién interesa esta apertura hotelera invernal, desde el punto de vista de los ahorros en costes laborales? A bien pocos. Los trabajadores cobran sus salarios casi íntegros durante varios meses, mientras pueden descansar o trabajar en la economía sumergida; los empresarios tienen una ventaja invalorable, que les permite ajustar su oferta de alojamientos a la demanda óptima. Por ende, el desinterés en abrir en invierno es mínimo. La figura que se creó para combatir un problema, se ha convertido en un obstáculo para reducir la estacionalidad.
Esta debe ser, probablemente, una de las causas más potentes para el continuo fracaso de todo intento de reducir la estacionalidad del turismo, tema recurrente en la política balear. El invierno parece ser cuestión del ministerio de Empleo, mientras que en verano el turismo y las empresas vuelven a actuar a pleno rendimiento.
Las posibilidades del turismo invernal en España no se corresponden con la imagen desierta de Mallorca en enero. Efectivamente, nunca será como en verano, pero la clamorosa ausencia de actividades de cualquier tipo, la limitadísima apertura de restaurantes y hoteles, la raquítica oferta de ocio y cultura, responden más a la convención de que es aceptable una estacionalidad acusada que no a las dificultades que presenta una climatología adversa. La rentabilidad para los empresarios en los meses de invierno no sería igual que en verano, pero para el país seguramente sería diferente. Esto, claro, exige de una gestión política de la que hoy carecemos en este país y que difícilmente recuperaremos en breve.
Bastante de acuerdo pero algunos datos erróneos, muchos fijos discontinuos no pueden completar los 12 meses de empleo/paro.
Creo importante papel de #ViajesImserso y Turismo Senior Europa que se ha eliminado por el gobierno Rajoy.
#estacionalidad debe ser prioridad para gobiernos locales, autonómicos y central y en realidad no están por la labor.
Que puede ofrecer? Aqui lo que se estila es los seis meses de temporada y a descansar, para que mas.
Lo unico que pude dar vida en temporada baja es el bodrio de congresos y ahi esta dando imagen de la isla. Lo que no se es como no vienen menos.
Os lo explico yo en una frase: hace más frío que en Asturias en invierno, entre la humedad y el frío es horroroso.
Y después de esto todavía hay quien se opone a las prospecciones petrolíferas, a los únicos que les interesa cerrar en invierno es a los hoteleros, van a lo suyo, pagan siete meses de salario y obtienen rentabilidad para todo el año
Puedo garantizar que hay una gran cantidad de gente, que lamentablemente y muy a su pesar, sólo trabajan seis meses, por lo que se dan con un canto en los dientes si un año cobran paro, pero al siguiente, sólo ayuda y no creamos que con ésto vive una familia...no es así. Casi todos ellos desean trabajar cuando más mejor y si fuera todo el año, genial. Hay otras razones de más peso que se deberían analizar bien del por qué no hay turismo en invierno y es un conjunto de todos, pero todos en conjunto...no cada uno por un lado y cada uno proponiendo o lamentando..
Porque no hay turismo en invierno? la respuesta en bien sencilla, solo tenemos sol y playa, no hay nada mas, una ciudad, fea y sucia, no tenemos edificios singulares y pretender que la gente vea el edificio protegido de Gesa, suena a risa, no hay museos de prestigio, ni teatro, ni grandes eventos deportivos y el inserso, que antes venia en invierno, ya casi no viene, a lo mejor es que, como en el museo Miro, todos los carteles están en Catalan e Ingles y ningunoi en el idioma q
que hablan el Cuenca lo en Murcia o Valverde del Camino
Pues como siga la oferta aérea tan barata como esta ahora vendrán menos. Un Madrid Palma Madri para no un residente se te va en muchos caso a mas de 400 euros, échale 300 mas y te vas desde Madrid a Dominicana todo incluido....una semana.
DE sol y playa no pueden vivir todo el año en Mallorca
Mucha mano de obra baratera y con poco oficio que solo buscan su agosto y el resto del año a vivir del paro como si estuvieran en su andalucia con el per agrario
El alcalde de Palma, podría invertir más en limpiar y embellecer una ciudad que visitamos todos. Eliminar tanto maleante a la caza del giri, tanto mendigo gitano dando vueltas por la catedral y crear una policia turística que hablé ademas, castellamo
La solución la conocen pero no gastan más que en ferias
UN turismo alternativo con una oferta de seervicios y facilidades capaces de atraer y seducir al viajero del siglo XXI, ( algunos siguen con la foto de Fraga )
No se puede estar todo el año preparado para recibir turismo. Hay épocas en las cuales relajarse y dejar vivir a los de adentro tranquilos ,mal que les pece a los que explotan ese rubro
Mallorca es sol y playa. De acuerdo. Pero también bastantes mas cosas. como por ej:Ya se hace propaganda de "les Fonts Ufanes"? . La excursiones a ORIENT, en invierno, con sus saltos de agua ?. Esporles, Senderismo por el Monasterio de LLUC. y algunas más que en este momento no me vienen a la memoria. Ah, se me olvidaba no vivo en Mallorca. Vivo en el PAIS VASCO.
NMallorca hoy, dispone de una oferta complementaria capaz de ofrecer al turismo alternativo
Senderismo, multiaventura, monumentos, excursiones recreativas y culturales amén de sus olivos y sus vinos
El turismo rural tiene una excelente oferta en Mallorca
Mallorca esta abierta todo el año, el que quiera descansar sabe que tiene el paro de larga duración