El presidente de Exceltur y CEO de Meliá, Gabriel Escarrer, frena la euforia reinante después de un verano de ingresos, en muchos casos, iguales o superiores a los de 2019. En primer lugar, aclara que “las empresas turísticas por lo general, necesitarán mucho más que un buen trimestre para recuperarse del golpe sufrido por la pandemia”.
En una entrevista concedida al portal Dirigentes Digital, el empresario recuerda que “la situación inflacionaria y, sobre todo, los costes y la incertidumbre energética a nivel global, están afectando a las empresas turísticas al erosionar sus márgenes a pesar del incremento de los ingresos” (El Gobierno niega que la inflación esté frenando la demanda).
“El impacto es general, pero mayor, en aquellas empresas con menores capacidades digitales y que no habían invertido en la mejora del producto y servicio o en la apuesta por la sostenibilidad. Si a ello se añade que muchas arrastraban fuertes tensiones financieras después de la pandemia, tendríamos en muchos casos la tormenta perfecta”, señala.
Según expone, “mantenemos un optimismo moderado ante la resistencia que sigue mostrando la demanda, y una gran prudencia en primer lugar, ante los efectos de la inflación sobre nuestros márgenes y, en segundo lugar, ante la eventualidad de un cambio del ciclo económico”. En este sentido, advierte que la “prolongación o cronificación del conflicto” de Ucrania podría acabar mermando la demanda turística.
Preguntado por sus previsiones de cara a 2023, Escarrer explica que “la única certeza es la incertidumbre”. Sin embargo, reconoce que “existen algunos factores que nos hacen pensar en una positiva temporada”, como las estimaciones de las compañías aéreas para el invierno o la progresiva reactivación de los viajes de empresa y el turismo MICE.
“Por ello, con mucha prudencia puedo decir que de momento no hemos vislumbrado ralentización del ritmo de reservas, y en segmentos donde tenemos algo más de visibilidad, como grupos y ferias, las perspectivas son muy positivas”, concluye.
El 2023 seguirá siendo un buen año para el sector turístico español.
Va a ser que no. La debacle ha empezado con las tecnologicas, seguirá con la industria y más tarde servicios. Es cuestión de meses.
Eso, eso, con optimismo. Las tecnologicas estaban sobredimensionadas y llegan los chinos y otros dando bocaos.