La estafadora Cryptospain también invirtió en turismo

Están saliendo a la luz las múltiples estafas cometidas por Cryptospain, un chiringuito financiero que se ha hecho millonario a cuenta de los incautos inversores que se fiaban de las altas rentabilidades que ofrecían sus impulsores. Cryptospain, que operaba con criptomonedas y cuyos promotores se mofaban en redes de la Hacienda española, de las autoridades monetarias, de los bancos y del Estado, adquirió yates de lujo, coches de alta gama y cantidades de oro.

Este peculiar chiringuito también hizo inversiones en negocios turísticos, según ha sabido Preferente de fuentes conocedoras de las operaciones llevadas a cabo en el Sector. El Gobierno ha tardado mucho tiempo en tomar cartas en un montaje burdo de los propulsores de este negocio financiero y al que el hoy eurodiputado Alvise le dio todo tipo de soporte como modelo de captación de dinero que operaba al margen del Estado.

El principal impulsor de esta estafa se publicitaba en redes—principalmente en YouTube— como Luis Cripto, y desde sus distintas plataformas daba clases a sus seguidores de cómo y dónde invertir dinero sin pasar por el fisco y siempre en criptomonedas. El propio Luis Cripto, quien realmente se llama Álvaro Romillo, según recientes averiguaciones de las fuerzas de seguridad, fue el que personalmente negoció la compra de los activos turísticos.

Las inversiones de las sociedades integradas en Cryptospain fueron numerosas —se habla de entre 40 y 50– y pese a la ostentación y poca credibilidad de su principal catalizador —en la imagen aparecía enmascarado— los Alvise y los candorosos inversores cayeron en la trampa de las extravagantes páginas web pergeñadas por Álvaro Romillo y su equipo. Todos sabían bien a quienes vendían sus negocios porque el pelaje de los compradores era notorio.