La mejor temporada turística, a punto del desastre

Justo en la recta final de la que puede ser una de las mejores temporadas turísticas de la historia, Baleares, uno de los bastiones españoles en la generación de ingresos turísticos, pasó por un momento de extraordinario riesgo: un barco de transporte regular, cargado con 750 toneladas de combustible y bastantes más materiales tóxicos, se incendió a apenas 18 millas de Mallorca, cerca de las costas de Andratx, Peguera, Magalluf, Palma Nova y con capacidad para afectar incluso a Playa de Palma.

El suceso ocurrió el martes pasado, al mediodía, en un área en la que los vientos predominantes apuntan a tierra. Afortunadamente, el miércoles a última hora se tenía claro que el suceso no tendría graves consecuencias ambientales y que, por ende, la temporada turística no tendría problemas.

La ministra de Fomento, como todo su gobierno, preocupada por no estar sobre el terreno ante hechos noticiosos de primera importancia, se presentó en Mallorca el mismo martes por la tarde, batiendo récords. En declaraciones a la prensa dijo que el gobierno estaba haciendo todo lo necesario para que no hubiera una catástrofe ambiental, añadiendo que si bien en todos los lugares hay que cuidar el entorno, en un lugar como Mallorca, tan bello, tan especial, el esfuerzo tiene que ser doble. La ministra elogió 'in situ' la belleza de Mallorca, lo cual demuestra su sensibilidad.

Es de agradecer que la ministra se haya desplazado a la isla al instante, incluso aunque uno sospeche que eso tiene que ver más con las elecciones inminentes que con otra cosa. Y es de agradecer ese amor por los paisajes impresionates de Dragonera y Andratx, los lugares más cercanos al epicentro del siniestro.

Pero, poco después del siniestro la prensa comenzó a publicar informaciones bastante contradictorias con ese amor desbordante por la isla. Por ejemplo, se señaló que, de haber habido mala mar, el siniestro hubiera tenido consecuencias muy serias; segundo, que el Clara Campoamor, el barco realmente preparado para luchar contra el fuego, estaba a un día de navegación, razón por la que el martes no se arrojó agua sobre el buque accidentado y, tercero, desde el punto de vista de la estructura jurídica de la propiedad del barco la cuestión es más turbia aún.

Yo creo que podríamos haber luchado contra el incendio sin la ministra, pero no sin que la ministra haya tomado decisiones sobre los recursos que se destinan a la lucha contra los siniestros en el mar, o sin que legisle para que la propiedad de las embarcaciones sea más trasparente, asegurando una relación entre armador y embarcación.

Todos sabemos que en estos casos suele aparecer información que genera confusión y que no muy exacta. Pero si lo que se ha afirmado de que ese único barco capaz de apagar el incendio con eficacia se encontraba en Algeciras, entonces las cosas empiezan a depender de la suerte y eso no es compatible con el amor al medio ambiente.

Hay que poner las cosas en su sitio en más sentidos. Este no era un petrolero (aunque también hay barcos llenos de combustible que llegan casi diariamente a las Islas), por lo que si hubiera habido un vertido, hablaríamos de algo comparable en todo caso al caso que está actualmente ocurriendo en Canarias. Es un problema ambiental, pero sobre todo afecta a la imagen, más a la realidad. Pero los turistas son así: antes de viajar, si uno puede escoger un lugar en el que no hay vertidos, ¿para que va a asumir riesgos yendo a un lugar en el que puede haber problemas?

El impacto mediático de un siniestro en nuestras costas es mucho más serio que el real, pero eso en una sociedad en la que las cosas ocurren en la televisión, es imparable.

Por lo tanto, la cuestión no es tanto el amor a nuestros paisajes, como la disponibilidad de recursos, las decisiones adoptadas sin cámaras, que son las que verdaderamente demuestran sensibilidad. Mientras este mismo ministerio se gasta fortunas en Aves en los que se sabe que no habrá pasajeros suficientes, ¿disponemos de los recursos materiales para luchar contra las catástrofes marinas? Es lógico que no haya un barco sofisticado en cada puerto, pero ¿es lógico que sólo haya un barco sofisticado para todo el Mediterráneo y esté situado en Algeciras?

Los políticos de Baleares, que por supuesto estaban al pie del cañón cuando saltó la noticia, pueden estar contentos que no ha ocurrido nada. Pero ahora, cuando todo esto salga de los titulares, podrían ocuparse de resolver el problema de disponer de recursos para la lucha contra la contaminación marítima a menos distancia. Porque no basta con estar todo el día clamando contra las exploraciones petrolíferas, también es necesario que haya medidas preventivas de posibles siniestros en los barcos que llevan combustible a las Baleares. Ya sabemos que amor por las islas sobra, pero también podría haber medidas para protegerlas en caso de siniestro.