Rusia protesta ante OACI por las sanciones aéreas

Desde el inicio de la guerra de Ucrania, los países occidentales vienen aplicando severas sanciones a la aviación rusa que, en la práctica, le impide volar a sus destinos habituales. Por ese motivo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Putin ha elevado una protesta formal ante la Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI), que es una institución enmarcada en las Naciones Unidas (El viraje del turismo ruso por las sanciones y bloqueos de la UE).

Las sanciones no sólo le impiden volar sino también comprar repuestos e, incluso, pagar el alquiler de sus aviones en la moneda propia, cuya conversión a dólares o euros se ha bloqueado (La falta de recambios pasa factura a la aviación rusa).

Es verdad que Rusia invadió Ucrania, pero la decisión posterior de sancionar no está legalmente vinculada. Es un acto de respuesta que bien podría no haber sucedido. Por ejemplo, las ventas de petróleo ruso no se suspendieron.

La parte más dolorosa de las sanciones es que Rusia ha tenido que frenar el desarrollo de algunos aviones propios, porque tenían algunos componentes occidentales. Ahora, el Sukhoi Superjet 100 podría volver a volar fabricado exclusivamente con componentes propios, pero esto aún no ha ocurrido.

Mucho más complicado fue la cancelación de los alquileres de los 515 aviones occidentales que había en Rusia. De ellos, algunos resolvieron ya sus problemas, por lo que ahora se estima que hay unos 300 con dificultades jurídicas para volar.

Por todo esto, Rusia protesta ante el organismo internacional, donde todos los países de Naciones Unidas tienen voz y en donde previsiblemente se repetirán las divisiones por bandos como ocurre en casi todos los demás organismos internacionales: Rusia, China y algunos países más por un lado, Occidente por otro y en el medio, pero muy cerca de Rusia, países como India o Turquía.