Tasas turísticas: otra fuente de ingresos que no frena la masificación

Tasas turísticas para frenar la masificación. Esta es la hoja de ruta que han barajando algunas administraciones con la excusa de frenar el exceso de turistas, pero la experiencia demuestra que cobrar impuestos no evita la llegada de visitantes a España.

Baleares es el ejemplo de que cobrar una ecotasa a todos los turistas que se alojan en los hoteles no supone ningún obstáculo para la llegada de visitantes a las islas, ni siquiera duplicando la carga impositiva. 

Las ecotasas implantadas hace más de 20 años han servido para aumentar las arcas de las administraciones, pero ni se han utilizado para mejorar los destinos turísticos ni tampoco han sido un obstáculo para que los visitantes hayan elegido otros destinos, que era el gran temor de los hoteleros cuando se implantaron los primeros impuestos.

Al final los hoteleros se han convertido en los recaudadores de un impuesto que, en el caso de Baleares (la comunidad que lleva más tiempo cobrando una ecotasa), se ha utilizado para reformar. Como ejemplo, Mallorca ha solicitado recientemente que el dinero que se ha recaudado este año se utilice para adquirir una antigua fábrica, restaurar una finca, comprar un castillo, recuperar sistemas hidráulicos, arreglar molinos de viento y construir un vial cívico junto a un hospital. (Baleares: la ecotasa “recuperará su carácter finalista”)

Ni siquiera los ecologistas están satisfechos con las inversiones realizadas con todas las tasas que han pagado los turistas en los hoteles de Baleares desde que se aplica. Las inversiones quedan en muchas ocasiones difuminadas por criterios partidistas y muy alejadas de los objetivos del sector turístico.

De hecho, Mallorca reclama ahora una inversión de 56 de los más de 200 millones que se recaudan con la ecotasa durante un año, pero ni uno solo euro evitará la llegada de más turistas el próximo año, como se ha demostrado históricamente desde que el impuesto está en vigor.