Emirates ha aceptado finalmente pasar uno de sus seis vuelos diarios de Heathrow a Gatwick, pero mantiene las críticas al aeropuerto londinense, en el que el primer accionista es la española Ferrovial. (Rebelión: Emirates rechaza reducir vuelos en Heathrow)
El presidente de la compañía, Tim Clark, ha sido apoyado públicamente por el líder de IATA, Willie Walsh, que al mismo tiempo es director general de IAG, y perfecto conocedor de Heathrow, a cuyos gestores calificó como “pandilla de idiotas”.
Clark mantiene sus críticas al aeropuerto británico por no anticiparse al retorno de los viajeros. Y por cómo gestiona. Apunta que le dieron 36 horas a Emirates para recudir la capacidad que opera en sus instalaciones, a donde vuela seis veces diarias con un A380.
El máximo dirigente de la aerolínea dubaití se ha mostrado muy contundente, porque “las modificaciones a nuestro plan de operaciones son más complicadas que las de nuestros competidores europeos porque tenemos una gran variedad de destinos desde Dubái. Esto significa que los viajeros que llegan a Londres pueden haber partido bastante tiempo antes de alguno de los aeropuertos de Asia o incluso de África. Quien quiera cambiarnos esto sin tiempo va a incurrir en nuestro enfado porque es totalmente inaceptable”.
No obstante, Clark manifestó su voluntad de cooperar. Pero rechaza la acusación de que las aerolíneas no han contratado suficiente personal en tierra. “Nosotros empezamos a contratar gente en noviembre del año pasado por lo que ahora mismo disponemos de la misma plantilla que en 2019”.
Por su parte, ayer el aeropuerto de Frankfurt, siguiendo a Schiphol y a Heathrow, también anunció un límite en el número de pasajeros.
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Poco que comentar, comprendo el enfado del Sr. Clark.
Unos hacen su trabajo, siendo previsores, contratando en noviembre y dando el mejor servicio posible a sus pasajeros.
Otros.... se echan las manos a la cabeza y optan por cancelar despegues y aterrizajes de compañias que han hecho los "deberes".