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La ciudad de Bogotá, capital de Colombia, pone la voz de alarma por la descontrolada proliferación de palomas en uno de sus monumentos más turísticos: la Plaza de Bolívar. Las autoridades aseguran que las aves, además de manchar con sus excrementos los edificios y monumentos, ponen en riesgo la salud pública, por lo que han promovido distintas campañas para concienciar a los turistas del riesgo de alimentar a estos animales.
El Gobierno local cree que si las personas les dejan de dar comida a las palomas, estas dejarán de concentrarse en las plazas públicas. Una de sus últimas campañas moviliza a un grupo de trabajadores quienes, disfrazados de palomas, intentan poner en aviso a los turistas de las consecuencias de seguir alimentando a estas aves para hacerse la foto del recuerdo.
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