Donald Trump quiere rescindir el multimillonario contrato con la firma Boeing para fabricar un nuevo modelo del avión presidencial, conocido como Air Force One. Incide el presidente electo de Estados Unidos en que “los costes están fuera de control, son más de 4.000 millones de dólares por el programa del Air Force One. Creo que es ridículo. Queremos que Boeing gane dinero, pero no tanto”.
Bien por el nuevo presidente de EE.UU., le sobra la razón para hacer este comentario.
Se puede tener un avion presidencial, pero no a estos niveles, hay muchas maneras de hacer las cosas. Una cosa es la rentabilidad y seguridad para el presidente de ese pais y otra muy distinta el derroche a costa de todos los americanos.
Sds
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