Donald Trump, ganador de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, tiene su propio Boeing 757-200, equipado a todo lujo. El avión, que se estrenó en 1.991, perteneció primero a la quebrada aerolínea danesa Sterling y, un par de años más tarde, pasó por las manos de la mexicana Taesa, también cerrada. El cofundador de Microsoft, Paul Allen, lo compró en 1.995 y lo usó durante 15 años. En 2011, Trump adquirió el aparato, ya con 20 años de vida, e invirtió una importante suma en ponerlo a su gusto. Ahora está valorado en unos 100 millones de dólares estadounidenses. El 757 sustituyó al anterior avión del empresario neoyorquino, un Boeing 727 construido en 1.969.
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