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5/10/09.- Los vuelos de pruebas y demostración sirven para comprobar qué tipo de acrobacias pueden ejecutar los aviones para mantener la seguridad si las condiciones normales de un vuelo se complican. Van mucho más allá de las clásicas maniobras de despegue y aterrizaje, lo mismo que las piruetas con que los aviones militares deleitan a los espectadores de los desfiles conmemorativos.
Este Boeing 757 efectúa un vuelo rasante sobre la pista de aterrizaje y después se eleva hasta alcanzar prácticamente la posición vertical. En vez de una pesada aeronave, se asemeja a un pájaro ligero que disfruta con sus piruetas por el simple hecho de hacerlas. Dicen que los que se preparan para ser astronautas experimentan la gravedad cuando en pleno vuelo, un avión apaga sus motores y la aeronave desciende suavemente como una pluma. Este Boeing no va tan allá, y además no lleva pasajeros, pero para un profano la experiencia de volar en vertical no desmerece la de la gravedad, y posiblemente no esté tan lejos de hacerse realidad ahora que la industria aeronáutica se plantea volar –y allà es a donde parece dirigirse el avión- por encima de la atmósfera.
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