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7/8/09.- Dicen que la esencia buena viene en frasco pequeño, pero cuesta creer en la comodidad de las minúsculas habitaciones que este hotel-cápsula, en Tokio, ofrece a sus clientes. Y eso por más servicios que tengan estos micro-habitáculos, que aunque no lo parezca no son pocos. Es el propio cliente el que, videocámara en ristre, nos presenta su peculiar alojamiento en un recorrido de grabación que apenas le supone dar una vuelta sobre sà mismo. Como solución de emergencia el hotelito no está mal, pero es difÃcil imaginar que alguien quiera pasar una semanita, dos o tres dÃas siquiera, alojado en esta especie de 'transportines'. Representa en todo caso la modernidad de la hotelerÃa del siglo XXI, no apta para claustrofóbicos. El último grito, vamos.
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