Los hoteles cápsula se pusieron de moda en Japón, donde muchos trabajadores pasaban la noche para ahorrarse así el transporte hasta su domicilio, pero hoy en día en muchas ciudades turísticas estos establecimientos turísticos se han convertido en una alternativa para los turistas con pocos recursos económicos.
Rusia se ha sumado a la moda, y lo ha hecho durante este Mundial de fútbol. Como los precios de los hoteles están disparatados, los aficionados con pocos recursos han recurrido a estas cápsulas para dormir en las ciudades donde se disputan los partidos. Eso sí, los hoteles no son aptos para claustrofóbicos. Tampoco se puede hablar por teléfono en las camas, y hay que dejar los zapatos antes de entrar en los dormitorios colectivos.
Todos los extremos son malos.
Creo que habría mercado y de varios segmentos para hoteles con habitaciones individuales, minimamente confortables en intimidad y con ducha (tipo camarote de ferry)