Los pilotos que quieran aterrizar en la isla de Madeira deben enrumbar el avión directamente hacia la ladera de la montaña y en último momento, girar, entrar en la pista y aterrizar. Estas maniobras se deben a la fuerza de los vientos cruzados que golpean a diario la corta pista del aeropuerto de Funchal rodeada de altas montañas y el mar, convirtiéndose en un reto para los pilotos más experimentados. No es un aeropuerto apto para pilotos inexpertos.
Algunas veces se necesitan varios intentos para aterrizar con éxito. Aunque fuera premiado en 2004 por su solución innovadora, el aeropuerto de Funchal es considerado uno de los más peligrosos del mundo (Estos son los 10 aeropuertos más peligrosos del mundo).
Gracias a Dios, no todos los días son así, la gran mayoría de los días, los aterrizajes son normales y decir que una pista de 2.781 metros es corta.....